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Alexis salva los muebles

Un gol del chileno tras un gran pase Neymar, el mejor de los culés, posibilita el ajustado triunfo del Barcelona frente al Espanyol. Messi apenas se deja ver.

Alexis, en el momento de golpear el balón en la acción que supuso el 1-0 para el Barça.

Publicado por
CRistian Reino | Barcelona
León

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Un Barça plano, poco intenso y carente de ideas se llevó ante el espanyol el derbi barcelonés menos explosivo de los últimos tiempos (1-0). El cuadro azulgrana ofreció la peor imagen de la temporada, pero logró amarrar los tres puntos gracias a una jugada aislada, una genialidad entre Alexis y Neymar.

Desde el punto de vista de los resultados, el cuadro culé está firmando un arranque de campeonato impresionante. Sólo ha cedido un empate (en Pamplona) y ha ganado once partidos. Sus números no tienen parangón, está batiendo todos los récords y, a la espera de que el equipo encuentre su juego, va tirando de oficio. De momento, no cede en el liderazgo.

Sin embargo, transmite muchas dudas. Messi e Iniesta están lejos de su mejor versión; Mascherano, más o menos lo mismo, y a los hombres de Martino se les ve sin chispa, sin brillantez, no se reconocen en un juego muy previsible que se queda en un querer y no poder. Lo mejor para los culés fue el resultado. Al Barça le falta duende en ataque, pero aún le queda algún recurso, como el buen estado de forma de Alexis y Neymar. Los dos delanteros sudamericanos son los únicos que se atreven a hacer algo distinto y a salirse del guión. Pero, más allá de su aportación, poco más se encuentra en el resto del equipo. El caso es que el Barça, como le ocurre en los últimos tiempos, tenía muchas dificultades para atacar una defensa poblada y bien organizada.

El juego del cuadro catalán no era fluido, le faltaba chispa y la quinta velocidad brillaba por su ausencia. Además, los extremos no se atrevían en el uno contra uno. Tanto Alexis como Neymar insistían por el centro y el Espanyol se defendía sin excesivos problemas.

Pocas ideas

Messi e Iniesta, los dos futbolistas por los que pasa buena parte del ataque blaugrana, no acababan de cogerle el pulso al partido y al Barça no se le veía cómodo. Estaba algo lento, monótono y sin imaginación. Los de Martino reiteraban siempre con el mismo plan: buscar las entradas de Alves, demasiado previsibles. Y el equipo estaba cojo. Por contra, los ‘pericos’ transmitían la sensación de estar muy confortables sobre el Camp Nou. Javier Aguirre puso en juego lo que él llama un ‘polivote’, que no es otra cosa que un trivote, al que se le suman los dos interiores (Thievy y Torje), cerrando las bandas. Eran cinco hombres en el centro del campo, muy presionantes, que dificultaban la creación del juego azulgrana.

Se agrupaban muy bien para tapar todos los huecos y pasillos internos, aunque cuando robaban se encontraban con el problema de que Sergio García estaba algo solo en la punta. Al final el gol del Barça llegó de la única manera posible en un partido plano en el que no había combinación. Ante la ausencia de juego, Neymar agarró el balón en la posición del once, se atrevió a encarar a su defensor y le sirvió una genialidad entre las piernas de dos rivales a Alexis que se tiró en plancha para abrir la lata. Habían pasado casi 70 minutos y al Barça le había costado tanto hacer el 1-0 que cuando lo consiguió pensó que ya tenía el partio ganado. Como el día del Madrid, cuando se puso por delante reculó, entregó el balón al contrario y sufrió.

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