El puente le sienta bien al Astorga
El delantero maragato fuerza el penalti y transforma su lanzamiento cuando peor lo estaba pasando el equipo leonés para imponerse a una roma Cebrereña que le tenía contra las cuerdas.
Lago, a la derecha, controla el balón ante el abulense Super.
Un exceso de confianza y el menospreciar al rival a punto estuvo de costarle un serio disgusto al Atlético Astorga, y es que ante la Cebrereña tuvo que resurgir la pelea y el amor propio de Roberto Puente para que el equipo maragato se anotar la victoria (4-1).
Se presentaba la Cebrereña como una víctima propiciatoria o, al menos, así debió entenderlo Carlos Tornadijo porque de una tacada prescindió de Javi, Llamazares, Cristian y Bandera, además de los obligados por lesión Aller e Ivi Vales, demasiados habituales en sus formaciones, y pudo costarle excesivamente caro, porque a quince minutos del final los abulenses estaban empatando lo que hubiera sido un descalabro para los intereses del equipo maragato, máxime si se tiene en cuenta que el Real Valladolid B había cedido un empate y el Burgos estaba perdiendo ante el Almazán.
Tras un primer tiempo en el que el juego y las ocasiones brillaron por su ausencia llegó la segunda mitad en la que Agustín, al aprovechar un rechace tras un saque de esquina batía a Jeray, estableciendo el 1-0 cuando se cumplía el minuto 48.
Con el marcador a favor el conjunto local acusó un exceso de conformismo, siguiendo por los mismos cauces que en la primera parte, hasta que en el minuto 64 Super remata de cabeza un saque de esquina para establecer el 1-1 en la primera llegada de los abulenses a la meta defendida por Pablo.
A partir de ese momento vuelve a aparecer la ambición y orgullo de Roberto Puente, que fuerza a Javi Prieto a cometer penalti transformando el mismo de forma espléndida en el minuto 75 para colocar el 2-1.
La entrada de Bandera y Álvaro resultan vitales porque Bandera hacer el 3-1 tras una combinación con Álvaro y el propio Álvaro a placer hace el 4-1 tras un espléndido pase de Bandera. En plena fiesta local y para que no faltara de nada, Pablo desvía con el pie un penalti ejecutado por David Terleira en el tiempo añadido.