El Bembibre paga caro sus errores (1-2)
El equipo rojiblanco se vio superado por una Segoviana que sacó partido a sus errores.
La Gimnástica Segoviana se llevó un merecido triunfo (1-2) en su visita al Bembibre al que ganó por un gol a dos gracias a todo el buen trabajo del conjunto visitante y todo ello ante un Bembibre muy débil en defensa y desacertado en las metros finales. Y es que no podían empezar de mejor manera las cosas para el cuadro de Ministro pues en el primer minuto Mitogo, con una preciosa vaselina, adelantaba a su equipo en el marcador. Este gol cambió totalmente la decoración ya que lo que parecía iba a ser una tarde gloriosa, se convertiría en una pesadilla paralos rojiblancos. Tampoco vale lamentarse del penalti no señalado sobre Mitogo en la segunda parte, sino que fue un encuentro en el que los hombres de Ministro estaban totalmente desaparecidos. Balones muy largos, no encontraban su ubicación ni tampoco los delanteros anduvieron finos a la hora de armar las contras. Y es que fue un partido donde el Bembibre sufrió sus mismas armas ante un cuadro muy veterano y con oficio. Jugaron como quisieron a placer y no consiguieron más goles para su casillero gracias a la afortunada actuación de Ivanildo y a la mala puntería de alguno de sus jugadores; pues hasta tres ocasiones tuvieron para adelantarse de nuevo en el marcador, con un Bembibre muy venido a menos, sin que en ningún momento se atisbase recuperación. Fueron netamente superados por un conjunto que supo adaptarse al estado del terreno de juego y aprovecharse de los errores defensivos en la zaga local.
La victoria visitante se produjo merced a un gol en propia puerta que descolocó a Ivanildo para alzarse con la victoria. Justa y merecida para un equipo muy superior al rojiblanco que sigue adoleciendo de más contundencia en defensa y de balones que ronden desde atrás adelante sin que sea un pelotazo. De ahí que cada vez que se intenta una contra, los balones se pierdan con excesiva facilidad ya que no tiene destino alguno. Esa faceta tampoco está bien contrastada en la zona central donde, salvo Porfirio, se carece de un organizador y de un hombre que de serenidad en la zona intermedia.