Martínez Corral puede al desierto de Atacama

Javier Martínez Corral pudo con el desierto de Atacama. El leonés, con la única compañía de su bicicleta lograba hace unos días hacer realidad su sueño: cruzar los 2.000 kilómetros de una zona tan dura como inhóspita en un plazo de un mes.

Copiapó ejerció de salida y Arica como meta a un trayecto cargado de dificultad y también de experiencias a una media un centenar de kilómetros por jornada. Para este berciano de Toreno: «Una de las experiencias mas increíbles del reto ha sido cruzar el Gran Salar de Uyuni en Bolivia, ese mar de sal, tu solo ante un horizonte blanco, con la vista puesta en busca de la única isla donde puedes descansar la isla de Inca Huasi, habitada por los dos primeros habitantes, el matrimonio formado por Alfredo y Aurelia, compartir con ellos la cena y una animada charla, fue el mejor recibimiento después de una larga jornada».

Pedalear por el altiplano Boliviano a mas de 3.900 metros de altura y encontrarse con verdaderos pueblos indígenas anclados en el tiempo fue otra de las sensaciones que le dejó el trayecto. También cruzar la frontera con Chile y encontrarse con el monte Chungara y su lago a 4.600 metros de altura, «hace que su belleza le de sentido a esta aventura y te haga olvidar los malos momentos».

Todos esos sentimientos marcaron el trayecto de Corral que a pesar de la dificultad y soledad lograba solventar de manera exitosa.