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lucha leonesa. Montaña-Ribera 2013

La esencia de la Lucha

En La Robla se pugna hoy por el gallo del mayor honor, el que en las dos últimas ediciones del clásico alzó la Ribera.

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A. Barreñada | León
León

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Pabellón deportivo municipal de La Robla, cinco de la tarde, con entrada libre y gratuita, el gran corro tradicional Montaña-Ribera. «Berto» Díez, de Prioro, al frente de la selección montañesa. Luis Ignacio Álvarez, «Nacho el de Matadeón», por la ribereña.

Treinta y cuatro luchadores (más reservas), procedentes de todos los clubes, aunados en cada uno de los dos equipos en defensa de una misma causa, desde benjamines a los grandes campeones de las categorías sénior, algo que tan solo en la lucha leonesa puede disfrutarse, en una competición tan singular, enraizada en los antiguos enfrentamientos por bandos y actualizada desde 1984 en la forma que hoy se volverá a seguir. Una causa de honor, la victoria ante la otra comarca, luchada con la máxima entrega colectiva, hoy como en los tiempos remotos, a partir del eterno reto: «¿Hay quién luche?».

Se hacían públicas esta semana las dos selecciones, abiertas a modificaciones hasta el mismo inicio del corro (algunas ya se han dado a conocer), pero mantenían ambos seleccionadores auténticas cautelas para no facilitar «demasiada información» al rival.

Cabe esperar que Carlos Mondelo, como campeón de benjamines del primer peso, y en nombre del equipo que se hizo con el gallo en la edición anterior (Ribera), sea quien lance el señalado histórico reto; y cabe suponer, también, que sea la montañesa Lucía González (segunda clasificada en la misma categoría en la temporada de los de la base) quien responda aceptando la oferta de cinto.

A partir de ahí, se mantendrá en el corro quien venza (combates a una entera, sin reloj), saldrá frente a él un nuevo adversario sin que existan líneas distintivas: como señalaba el seleccionador ribereño «vale igual el combate de un pequeño que el de un consagrado campeón sénior». Hasta llegar a los mayores del peso superior, en cuyas manos descansa la última responsabilidad del equipo.

El reconocimiento individual se señala con «el mazapán», premio a quien más contrarios venza. No podrá repetir ese logro la ganadora del 2012, Mónica Matía, una de las bajas montañesas ya conocidas.

La Ribera defiende título logrado en los dos últimos años. Los cinco previos fueron de alternancia en la victoria. La lucha más genuina será hoy la gran vencedora.