Diario de León

BALONMANO. COPA EHF

Carrillo lleva a León al éxtasis (33-28)

El canterano marca un penalti con el reloj a cero para remontar los cinco tantos de desventaja (33-28) ante el Nexe y culminar un partido enorme del Ademar. El valor doble de los goles resulta decisivo.

El capitán Gonzalo Carou coge en brazos a José Mario Carrillo, héroe del partido, mientras el resto de jugadores celebra el triunfo efusivamente.

El capitán Gonzalo Carou coge en brazos a José Mario Carrillo, héroe del partido, mientras el resto de jugadores celebra el triunfo efusivamente.

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sergio c. anuncibay | león
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José Mario Carrillo completó con el reloj a cero la hazaña de un Reale Ademar enorme, capaz de remontar los cinco goles de diferencia ante el RK Nexe para regalar a su legión de fieles otra tarde épica (33-28). Al canterano no le tembló el pulso. Cogió el balón, dio tres pasos hasta la línea de siete metros y, después de un par de amagos, soltó un latigazo imparable que clasifica a los leoneses para la fase de grupos de la EHF. Un final de infarto que a punto estuvo de caer del lado de los croatas, pero el conjunto leonés ganó la batalla psicológica y dio una lección de madurez impropia de una plantilla neonata en este tipo de batallas continentales. El valor doble de los goles resultó decisivo (34-29 en la ida).

Los de Dani Gordo mantuvieron la calma en los momentos en lo que todo parecía perdido. No importó la poca aportación de la portería. Ni los errores de Dacevic —el balcánico estuvo bien en defensa— y Vejin en el lanzamiento exterior. Tampoco pasaron factura los once goles de un Vujic que castigó a Asanin y Llamazares, sobre todo, hasta que Sergio Mellado saltó al parqué para vaciarse en el avanzado con un despliegue físico imponente, síntoma de que este Ademar, lejos de las individualidades de otros tiempos, es un equipo en mayúsculas.

Y ayer volvió a demostrarlo. El conjunto marista supo sobreponerse a los problemas físicos de Gonzalo Carou, que se sacrificó para ayudar en defensa, aunque estuvo inédito en ataque. Diego Piñeiro, en los primeros compases del duelo, y Leonardo Almeida, sobre todo en la segunda parte, cogieron el testigo del pivote argentino. Tatarintsev, que no había tenido suerte en el primer acto, sí resulto decisivo en el segundo, cuando los de Dani Gordo tenían muchos problemas para atacar en estático.

Preocupaba, también, la baja de Víctor Alonso, máximo goleador del equipo, pero el imberbe Mario López, con un desparpajo inusitado para su edad, emergió como uno de los mejores del encuentro y terminó con siete dianas. El canterano firmó en el minuto 41 el tanto que llevaba al marcador, por primera vez, los cinco goles de diferencia (22-17), renta exigida para obrar la remontada. Y sólo treinta segundos después ejecutó una contra de manual para poner a los leoneses seis arriba.

La grada veía el sueño más cerca, pero todo cambió en pocos minutos. Carou sufrió una exclusión que terminó con un parcial de 0-2 en contra. Después llegaron los dos goles de Tomic y uno de Lelic, que reducían la diferencia a un solo gol con doce minutos por delante. Parecía improbable la gesta. Aunque el Ademar nunca bajó las brazos y mantuvo intacto su guión. Jorge García Vega contemporizaba en cada acción para evitar un ataque de nervios entre sus compañeros. La hoja de ruta estaba marcada. Había que llegar con opciones a los cinco últimos minutos. De nada importaba lo que hubiera acontecido antes. Castro, primero, y Mario López, después, pusieron a los leoneses con tres goles de ventaja (29-26). Asanin detuvo el ataque de los croatas y Leonardo Almeida consiguió desde los seis metros el 30-26. Vujic respondió con otro tanto marca de la casa. Aún había tiempo. El reloj concedía tres minutos para enjugar dos goles. Apareció Piñeiro, también Carrillo desde los siete metros, pero Nuic marcó para el Nexe. Quedaban veinte segundos y 4.000 corazones al borde del infarto. Dani Gordo solicitó el último tiempo muerto, el conjunto balcánico sufrió una exclusión y el técnico marista sacó a Tatarintsev en lugar del portero. Los leoneses tenían dos jugadores más sobre la pista para hacer un gol, pero el tiempo avanzaba en su contra. Castro percutió hasta la línea de seis metros y sacó un penalti decisivo con el reloj a cero. Carrillo, que había fallado el primer siete metros del partido, lanzó con el corazón de un equipo que late al compás de su afición, volcada desde el inicio. Nunca perdieron la fe. Los leoneses estarán en el sorteo de la siguiente ronda de la EHF, junto a otros quince equipos. Ahora toca disfrutarlo. Y, como dijo Jorge García Vega, aprovechar cada uno de esos duelos para implementar la experiencia de esta plantilla, porque de talento, trabajo y corazón van servidos.

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