Diario de León

Iván Cuesta ENTRENADOR DE BALONCESTO EN LA CanTERBURY ACADEMY DE INGLATERRA

«En Inglaterra el referente es la NBA y no Europa»

Cuesta forma en la Canterbury Academy a los talentos del baloncesto británico . Desembarcó en Inglaterra en agosto aceptando la llamada de un club con aspiraciones, el Medway Park Crusaders. Con 29 años dejaba León para afrontar un reto que tras cuatro meses le ha llevado a centrarse en la formación de talentos en la Canterbury Academy.

Iván cuesta delante de la catedral de Canterbury. En las otras dos fotos dirigiendo al Medway Park Crusaders y al Ciudad de Ponferrada.

Iván cuesta delante de la catedral de Canterbury. En las otras dos fotos dirigiendo al Medway Park Crusaders y al Ciudad de Ponferrada.

León

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Joven pero sobradamente preparado para hacerse cargo de la dirección técnica, un entrenador como Luis Guil fue su ‘padrino’ a la hora de dar el salto a Inglaterra. Sus referencias le llevaron a ser considerado por los dueños de un club con aspiraciones como la baza idónea para cumplir el reto de llegar a la élite. Con la ilusión como principal equipaje Iván viajaba hasta Canterbury. Allí ha vivido cuatro meses intensos que, debido a los problemas por los que atraviesa el Medway Crusaders le han llevado a centrarse en la preparación de jóvenes talentos en una de las academias más relevantes en materia de baloncesto, la de Canterbury.

—Cómo esta siendo tu experiencia en el baloncesto británico?

—Con altibajos. Los dos primeros meses fueron bastante satisfactorios. Mi reto era hacer un equipo con aspiraciones y estábamos camino de ello. Pero los problemas económicos llevaron a que varios de los jugadores decidieran marcharse. Y no había posibilidad de fichar a más. Con esa tesitura y a pesar de que sigo vinculado al club me he centrado en otro reto importante, formar jugadores que puedan llegar a la élite en una academia de prestigio como la de Canterbury. Es algo diferente a lo que esperaba pero también muy gratificante porque puedes moldear a jugadores que tienen mimbres para llegar lejos.

—¿Es tan diferente el baloncesto en Inglaterra respecto al español?

—A día de hoy sí. Primero porque España es una potencia mundial e Inglaterra está en una fase de crecimiento. Luego por la concepción que tienen de este deporte. Aquí el referente es la NBA. Los jóvenes tienen como referente a los jugadores de la liga americana y priman más el físico que otros aspectos del juego. Si te he de ser sincero conocen más a los equipos de la NBA que a los que disputan la Euroliga, aunque los tienen más cerca. Otro aspecto importante es que aquí hasta los 15 años los jóvenes no deciden pasarse de una manera más o menos seria al baloncesto. Y eso es un handicap porque lo que aprenden en países como España a los siete u ocho tenemos que enseñárselo con siete u ocho años de retraso. No obstante hay jugadores con mucho talento. Y en Canterbury tengo un par de ellos. Y creo que uno incluso puede llegar a la selección aunque hace falta que cumplimente la fase de formación. Y ahí los técnicos tenemos una función esencial para que ese potencial pueda pulirse.

—¿Cómo es un día normal para tí en la Academy?

—Bastante intenso. Aquí si haces deporte o estás vinculado a él debes entregarte en cuerpo y alma casi las 24 horas del día. A las 7.45 horas ya estoy entrenando a los jugadores cadetes antes de que vayan a clase. Luego toca el turno a los júniors, los que nutren al primer equipo de baloncesto. Con ellos tengo entre dos y tres entrenamientos individualizados de unos 45 minutos. Luego toca hacerlo con el equipo. Apenas tengo tiempo para comer y posteriormente cojo el coche y me dirijo a las instalaciones del club y allí paso casi toda la tarde. Así un día tras otro pero esto es el deporte y si te gusta lo haces con bastante ánimo.

—¿Te planteas estar mucho tiempo en Inglaterra?

—Llegué con un contrato que me vinculaba por tres temporadas aunque dada la situación del club las cosas pueden variar. Lo que tengo claro es que mi deseo es entrenar a un equipo sénior. No obstante hace poco llegaba un entrenador con el que tengo mucha sintonía y que fue precisamente el que me recomendó, Luis Guil. Me ha ofrecido ser su ayudante y puede ser que acepte. Estar al lago de un técnico con el prestigio ACB es muy positivo. Eso sí, también continuaría formando a jugadores en la Canterbury Academy.

—Respecto a la vida cotidiana en Canterbury, ¿ha notado mucho el cambio de país en cuanto a los hábitos y la cultura?

—Lo que más me ha costado es adaptarme al tiempo. Aquí los días son más cortos. Incluso en invierno cuando llegan las cuatro y media o las cinco ya es de noche. Además, en Canterbury la vida en la calle se acaba a las seis de la tarde. Las cafeterías y tiendas, salvo pocas excepciones, cierran a esa hora y es un poco triste ver que los posibles momentos de esparcimiento se reducen a la mínima expresión.

—¿Sigues desde la distancia la situación del baloncesto español y en mayor medida el de tu tierra, León?

—Estoy al día. La tecnología me lo posibilita. Me interesa mucho lo que sucede en la Liga Endesa y también lo que ocurre en mi tierra con los dos equipos que este año disputan la Liga EBA, el Agustinos y el Fundación. No pasamos por el mejor momento tras la desaparición de Baloncesto León pero creo que se están haciendo bien las cosas en la base para que vengan mejores días y se recupere un lugar entre la élite.

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