Diario de León

Un cinto en la Esperanza

Marta Llamazares lucha en el desarrollo de una comunidad nicaragüense.

Doña Ofelia, toda una señora de ‘La Prusia’ nicaragüense, con la luchadora leonesa Marta Llamazares, cooperante en desarrollo.

Doña Ofelia, toda una señora de ‘La Prusia’ nicaragüense, con la luchadora leonesa Marta Llamazares, cooperante en desarrollo.

Publicado por
A. Barreñada | León
León

Creado:

Actualizado:

«Doña Ofelia está aprendiendo a leer, escribir y hacer cuentas para su pulpería (lo que es una tiendina en casa, aquí lo llaman pulpería). Le dije que saldría en el periódico y luego lo leeríamos juntas. ¡Pon algo de ella! Es muy aplicada y un ejemplo de eso que se dice de que nunca es tarde si la dicha es buena. Ahora ya no tiene que llamar a nadie cada vez que necesita apuntar algo. Antes siempre necesitaba a un hijo, un nieto… ¡Toda una señora».

Son palabras de Marta Llamazares Roscales, una de las más grandes entre todas esas bravas nuestras que siguen peleando por su lugar de derecho en los aluches, y más.

La de Valderueda, campeona provincial en dos pesos, dos veces Campeona de Campeonas, puntal en los históricos triunfos de las nuestras en los europeos de las Celtas, no pudo participar en los últimos corros especiales: en el patrocinado por Diario de León ella tenía plaza en categoría de medios y pesados, después de haber vencido en convocatorias de ambas durante la séptima Liga de la Regularidad femenina. Marta había partido días antes de ese encuentro para entregarse a otra gran lucha:

«Estoy en un barrio de Granada, en Nicaragua, llamado la Prusia . Si quieres verlo pon en Google, ‘Casas de la Esperanza’ que es el nombre de la asociación, y ahí sale».

Claro que sale en el buscador (casas-de-la-esperanza.org), organización no gubernamental cuyos fines concreta la luchadora leonesa en estos términos:

«Ayudamos en la construcción de casas y alfabetización de niños y adultos. Yo ahora concretamente hago un poco por las mañanas en construcción, trabajo con adultos para alfabetización, que es enseñarlos a leer escribir, sumar, restar... Cosas básicas. Encantadores todos, niños, pequeños y mayores. Yo concretamente hago una hora de matemáticas, física, química y lo que me pidan, y la segunda hacemos actividades educativas como género, roles de las mujeres y hombres y otros temas necesarios. Poco a poco; solo llevo unas semanas. Conociendo un poco a la gente de aquí y haciendo lo que se pueda junto a ellos».

Dos profesores de la Universidad Complutense de Madrid, Ángel Sáenz-Badillos y Judit Targarona, fueron, en 2006, promotores iniciales de este proyecto de ayuda al desarrollo centrado en un barrio de gran pobreza, al conocer el cual «ya no puedes dormir tranquilo, sientes la necesidad de hacer algo para acabar con una situación de injusticia», se dice en esa página de la asociación.

Universitarios, estudiantes y graduados, son muchos de los cooperantes que ponen sus manos en este proyecto. Muchos de los mejores de los nuestros que, como la ingeniera de forestales Marta Llamazares, pese a ser integrantes de la generación mejor preparada (diga Pisa lo que diga) han tenido que conocer la «movilidad» laboral en la Europa de la primera marcha, no importa en qué ocupaciones de los de la reducida a segunda.

Una oportunidad mucho más enriquecedora, tanto que menos «de mercado», se encuentra en el trabajo por el desarrollo de las comunidades más desfavorecidas, la opción tomada por nuestra luchadora, la que reconoce su añoranza de los cintos: «Pero bueno, no se puede estar en misa y repicando, y estoy contenta con lo que hago. Aunque a veces me deis envidia con las fotos que recibo y cuando me van contando sobre la lucha. Eso sí, estoy informada siempre, aunque esté en América central y en la Prusia profunda».

Entiende la campeona que «las de la lucha leonesa cada día lo hacen mejor, me parece que están demostrando que quieren, y avanzan. Aunque se las critique muchas veces y no se las apoye, ellas continúan peleando. Son un ejemplo para mí».

El ejemplo, el de Doña Ofelia y nuestra Marta: luchadoras.

tracking