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Balance en negativo para la caza menor

La temporada que baja el telón el 31 de enero presenta un balance irregular .

Un cazador se dispone a disparar para cobrarse una pieza.

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P. Vizcay | León
León

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Aunque la temporada de caza menor no finalizará oficialmente hasta finales de enero resulta inevitable realizar un balance a estas alturas, cuando son bastantes los acotados que, una vez pasen las fiestas navideñas, la darán por concluida. No comenzó bien en lo que a la perdiz se refiere.

Los bandos que se vieron durante la media veda, a diferencia de otras campañas, sufrieron algunas bajas, por lo que en las primeras jornadas se mataron pocas «patirrojas», aunque alguna más que el pasado año, nefasto para la caza menor. Por lo demás el otoño sin apenas precipitaciones deparó magníficas jornadas para la caza menor con perro. Durante el mes de noviembre y parte de diciembre, y gracias a la ausencia de precipitaciones y fuertes heladas, los aficionados pudieron pisar el campo sin problemas, lo que permitió mover los escasos bandos de perdiz, si bien la dificultad es mucho mayor que tras los primeros días.

La liebre, sin embargo, ha mantenido una tónica bastante regular. «En enero busca la liebre en el reguero» dice el refrán popular. A ver si es verdad y la temporada concluye dando algunas satisfacciones a los galgueros. A partir de ahora y hasta mediados de febrero la actividad cinegética se centrará en la caza del jabalí, muy abundante esta temporada. Volviendo a la perdiz, reina de la caza menor, resulta destacable que en estas últimas jornadas todavía se aprecien algunos bandos, aunque muy difíciles de cazar. Esto podría incidir de forma positiva en la reproducción, siempre que las condiciones sean favorables y se mantenga la proporción de machos y hembras. Tras unos años francamente malos podríamos encontrarnos con un periodo de recuperación de la perdiz, la especie mas apreciada en lo que a la caza menor se refiere. Por otra parte las lluvias de los últimos días han encharcado notablemente el campo, especialmente las zonas sembradas, lo que pone más dificultades en la caza de la perdiz «a rabo».

Aceptable en la montaña

En la montaña, y pese a que un año más no ha podido cazarse la perdiz parda, la temporada ha resultado aceptable. Los acotados que han realizado siembras selectivas y que han controlado las alimañas han tenido perdiz para divertirse.

El tiempo ha acompañado hasta mediados de diciembre, lo que ha permitido incrementar el número de jornadas. También en esta temporada se aprecia una notable entrada de becadas, si bien la distribución de esta ave resulta muy irregular en la montaña leonesa y puede darse la circunstancia de que entre de forma masiva y desaparezca en pocos días de igual forma. En las últimas jornadas que han coincidido con las fiestas navideñas la climatología, especialmente el viento racheado y el frío ha perjudicado a la caza menor, pero no tanto al jabalí que ha seguido cazándose con notable éxito.

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