La gloria, para un escalador
La montaña repite como juez de la carrera que en sus 3.181 kilómetros incluye 40 puertos. Los rodadores sólo tendrán cinco jornadas para pujar por la victoria.
La 69 edición de la Vuelta a España volverá a hacer un guiño a los escaladores con un recorrido que incluye ocho finales en puertos de primera y cinco en perfil ascendente. Los finales en alto vuelven a marcar la apuesta de la organización de la Vuelta. Un toque de personalidad que en esta ocasión se aparta de la capital, que albergaba la fiesta final de ciclismo español desde 1993, año en que, precisamente, fue la capital gallega el punto de llegada. Para empezar, Andalucía. Aires flamencos con su lanzamiento en Jerez y el paso posterior por San Fernando. Pero el movimiento llegará pronto, en la tercera etapa con una subida final a Arcos de la Frontera que pondrá alerta a los favoritos.
Más Andalucía con media montaña camino de Córdoba, el paso por Ronda y el primer final en alto, inédito, en La Zubia, primera invitación para los escaladores. Tras el paso por Castilla La Mancha la carrera enlaza con Aragón, que acoge dos importantes citas separadas por la primera jornada de descanso, una con final en alto (Valdelinares) y otra en contrarreloj individual de 35 kilómetros que empezará a acomodar a los favoritos.
Después del examen cronometrado la Vuelta se reencuentra con Navarra para afrontar otro final empinado, en el Santuario de San Miguel de Aralar (11ª) que incluye 8 kilómetros con rampas de hasta el 13 por ciento. La llanura vuelve en Logroño, último respiro para el pelotón, ya que la Vuelta entra de lleno en territorio «comanche», con las jornadas que decidirán el podio final. El norte designará al vencedor. Habrá dureza, y mucha. El paso por Cantabria será el aperitivo con el final en ascenso de Cabárceno. La traca se encenderá en la 14ª etapa entre Santander y La Camperona con tres kilómetros que incluye paredes de hasta el 24% de desnivel. Un día después la mítica etapa de Lagos de Covadonga (15ª). Aún en Asturias se presenta la 16ª jornada de la ronda ciclista, con cinco puertos de primera categoría y final en La Farrapona que se estrenaba precisamente en el 2011 y con salida desde Astorga.
Un final ‘caníbal’
Si la Vuelta no ha despejado todas sus incógnitas en Asturias la segunda jornada de descanso vendrá bien para preparar la parte final de la ronda. Queda Galicia con las cinco últimas etapas. Las cuatro provincias se repartirán todo tipo de terreno. Los esprinters volverán a probarse entre Ortigueira y A Coruña (17ª), el nuevo Monte Castrove será el final elevado de la 18ª etapa y los Ancares, la víspera del final, será el escenario de la batalla definitiva entre los favoritos. Un puerto de categoría especial ante de terminar el largo camino con la corta cronometrada de Santiago de Compostela que regresa a la ronda ciclista como final de etapa dos décadas después, de la que saldrá coronado el vencedor de la Vuelta 2014.
Y todo en una edición de la Vuelta que reduce de 11 a ocho los finales en alto aunque en otras cinco etapas la montaña estará también presente. Las cronos, una de ellas por equipos, siguen contando poco en una Vuelta para escaladores.