FÚTBOL
Una renovación inasumible
Un cambio total del césped y el drenaje del estadio supondría un gasto a la Deportiva por encima de los 600.000 euros. Esta temporada no habrá actuación alguna.
Cualquier actuación es demasiado cara. El asunto del césped de El Toralín siguió dando de qué hablar en el día de descanso de la Deportiva, más cuando el encuentro ante el Hércules aún está un poco lejano. Bien es cierto que tras mejorar mínimamente el tiempo, ayer ya estaba un poco mejor. Y ésa va a tener que ser la solución, por lo menos a medio plazo. En el club se es consciente del problema, pero todas las soluciones de mejorar lo que hay suponen un desembolso muy grande, inasumible para la entidad.
Hace pocos meses, en una decisión impopular, el club eliminaba a su segundo equipo y bajaba de categoría a dos de los que tiene en la base. La decisión recibió muchas críticas, aunque muchos de los que hablaron del asunto, hoy ven con buenos ojos lo que se hizo. El club renovó por completo las instalaciones de Compostilla y se gastó casi medio millón de euros en dotarla de hierba artificial. Pero aunque ahora la entidad tiene una nueva y buena instalación para que pueda entrenar el primer equipo, sigue careciendo de hierba natural que poder usar. Y día a día se sigue echando de menos la anhelada ciudad deportiva, en la que pudiera disponer de más de un campo de hierba natural.
La Deportiva puede usar el Colomán Trabado y las instalaciones del Campus, pero la solución es más compleja. Y a todo se suma el lamentable estado de El Toralín. Las lluvias que casi no han cesado desde noviembre han destrozado el césped, en el que la Deportiva apenas ha entrenado desde entonces. El club se gasta más de 120.000 euros por temporada en el mantenimiento del terreno de juego, más o menos lo que costaría hacer una renovación sólo con la colocación de tepes, que luego habría que mantener, evidentemente. Pero así sólo se solucionaría el problema por unos meses. Si no se cambia el drenaje, quizá el próximo invierno se volvería a las andadas, más allá de que en una zona como en la que está enclavada Ponferrada, los campos de juego siempre van a tener problemas.
Meter maquinaria pesada en El Toralín (complicado, porque no cabe por las puertas), excavar y cambiar el drenaje para colocar un nuevo césped, tuberías y demás superaría los 600.000 euros, lo que supone más de la cuarta parte de lo que el club destina a la plantilla del primer equipo. Así que a partir de ahora toca rezar y esperar que el tiempo cambie para mejor y que se pueda acabar la Liga lo mejor posible.