Un estilo de éxito llamado Carolina
La leonesa regresa a León con el bronce de la Copa del Mundo colgado en su cuello y la satisfacción del trabajo bien hecho. «Fue una sorpresa pero también el premio a una forma de hacer gimnasia» .
Carolina Rodríguez es felicitada a su llegada a León desde Lisboa donde se colgó el bronce.
Carolina hizo historia en Lisboa con su presea de bronce en la Copa del Mundo. Una puesto en el podio que premia el trabajo de la gimnasta leonesa junto a su entrenadora Ruth Fernández y el de un estilo que ya compite de tú a tú con la ‘escuela soviética’, el de la plasticidad, imaginación y constancia para la campeona de España que con 28 años aún sigue creciendo en el plano deportivo.
«No me lo esperaba. Ha sido difícil y aunque tenía esperanzas en lograr algo, después del cuarto puesto en pelota por una décima tenía una opción más en mazas. Lo dí todo y al final todo mi esfuerzo tuvo premio», precisaba ayer Carolina que a primera hora de la tarde llegaba a León, cansada pero feliz por su nueva gesta.
«Esta medalla premia un estilo por el que hemos apostado desde hace años. Una seña de identidad propia que ha costado que valorasen los jueces. Nuestra ‘escuela’ no es la rusa a diferencia de buena parte de los países. Eso sí, también cuando cometes un fallo, por pequeño que sea, la penalización siempre es mayor. Una prueba de ello es el bronce que se me escapó en el concurso general por un pequeño fallito en aro. No obstante, puedo estar satisfecha de lo que he hecho».
Para Carolina, este inicio de 2014 en el que ha brillado en Thiais, Suttgart, Tel Aviv y Lisboa no es algo anecdótico. «Nos hemos preparado bien. Es cierto que no tengo la frescura de hace diez años pero he ganado en madurez, puliendo ciertos detalles que ahora tienen su recompensa. Eso te hace sentir feliz con lo que haces pero también reconocer y dedicar lo que consigo a las personas que siempre me han apoyado y a mis paisanos que siempre han apostado por mí».
La leonesa, que dedicará las dos próximas semanas a pulir alguno de los ejercicios como el de cinta antes de regresar a la competición, considera que ahora las rivales ya no la ven como una gimnasta que puja entrar en las finales, también como alguien que puede incluso optar a mayores cotas. «Yo peleo por mi hueco e intento hacerlo lo mejor posible. Eso sí, ahora algunas rivales como las azerbayanas, bielorrusas o isaelíes ya me ven como una rival que puede pujar de tú a tú con ellas para acercarse al podio. Eso sí, reconozco que la dificultad es máxima pero también un aliciente».
La leonesa, que hace unos meses se debatía entre continuar en la alta competición o optar para la retirada apunta a que su decisión de seguir, dados los resultados, parece acertada. «Si sigo es para hacerlo bien no para arrastrarme. Y por el momento los resultados me dicen que no lo deje. Y eso que tengo 28 años y muchas de las gimnastas con las que tengo que medirme no llegan a los 20».
A pesar de sus resultados Carolina echa en falta más apoyos para un deporte que cuesta dinero a sus protagonistas. «Me dedico a la gimnasia porque me gusta. Nunca me ha preocupado el dinero pero siendo realistas tanto a mí como al club y resto de gimnastas el pujar por lo máximo nos cuesta además de esfuerzo diario, dinero. Incluso hemos tenido que renunciar a competiciones porque nos es inviable pagarnos el viaje».