Palabras en tono de despedida

Luis Cembranos lo tiene claro: su futuro en la Cultural no depende de él y asume que sus días al frente del equipo pueden estar contados. Tal vez su último encuentro como responsable técnico sea el del domingo en el feudo del Marino de Luanco donde el club leonés intentará despedir la temporada de la mejor manera posible, con un triunfo. «Acabo contrato el 30 de junio y aún no me han ofrecido renovar, nadie tiene que abrirme los ojos. Si me voy será orgulloso del trabajo que he hecho y siempre seré un culturalista más».

Cembranos se refirió ayer, en la comparecencia previa al encuentro liguero frente al plantel asturiano a su estancia en el club que calificó de positiva. He trabajado muy a gusto pese a las limitaciones que tiene el club y si me tengo que ir lo haré con la cabeza bien alta y orgulloso de lo que he hecho».

Aunque su intención era centrarse en el encuentro ante el Marino, Cembranos no rehuyó a las preguntas sobre su futuro, a todas luces lejos de la Cultural. «Lo más importante ahora es afrontar el partido de Luanco en las mejores condiciones. Vamos a ir a ganar porque nadie puede cuestionar la profesionalidad de este grupo. Siempre salimos a ganar aunque algunas veces lo que intentas no se corresponde con el resultado».

Para Cembranos, «ante el Marino queremos refrendar la buena temporada que se ha realizado y nada mejor que lograr los tres puntos», precisó el técnico.

Luis Cembranos también se refirió a los últimos desencuentros con el gerente de la Cultural, Felipe Llamazares. «Yo tengo mi carácter y con Felipe he trabajado durante más de un año. Hemos tenido diferencias y las hemos sacado adelante, y si sigue habiéndolas no tengo ninguna duda de que se podrían solucionar. No lo veo un inconveniente para seguir».

 

Apoyo de la directiva

Precisamente el técnico leonés remarca que la Junta Directiva siempre ha estado con él y que nunca han cuestionado sus decisiones. «Nunca han puesto en duda mi trabajo ni tampoco las decisiones que en materia deportiva he tomado como entrenador El proyecto tiene que ser más ambicioso, hay que ‘vender’ ilusión a una ciudad y una afición desencantada por la historia reciente. Se ha llevado muchos golpes, hace 40 años que no se asciende a Segunda División. Yo empecé en Tercera, estoy en Segunda División B y ojalá dentro de unos años pudiera decir que también fui el entrenador en una categoría superior. Y si en el club creen que lo mejor es que haya otra persona al frente de este proyecto, no pasa nada, nadie me está echando, simplemente acabo contrato. Pero creo que yo debería ser el primero en saberlo».