Hasta siempre

Sin afanes polémicos martín

La triste noticia me sorprendió, tanto que se me hizo muy duro creerla. Juan ha muerto... Como otros queridos amigos, compañeros de colegio y de balonmano. Confieso que me quedé aturdido, totalmente obnubilado.

El pivote luchador, duro, totalmente entregado a la suerte del equipo marista, en el que empezó a destacar, por su entrega, su esfuerzo, sus logros deportivos y humanos. El balonmano fue su pasión y lo vivió intensamente en las canchas de juego y desde el despacho de presidente.

Se ha ido, como lo hizo como jugador y presidente, sin ruido, con la satisfacción del deber cumplido, de haber sido el presidente que llevó al Ademar al logro de las más altas cotas deportivas nacionales e internacionales.

Su impecable ejecutoria queda como ejemplo, difícil de igualar, por no decir imposible. Viví muy de cerca su llegada a la presidencia, en un momento en el que el Ademar se debatía entre ser y no ser. El hermano Tomás tuvo mucho que ver en el momento decisivo en que el club se debatía entre el ser o no ser. Juan hizo el milagro de llevar al equipo de la nada a estar entre los mejores. Y lo hizo sin alarde alguno... Luego se fue sin el menor ruido, con la única satisfacción del deber cumplido.

En la otra orilla del mar inmenso de la eternidad, estará esperando a todos, familiares y amigos, compañeros que con él vivieron el balonmano y, como él, se fueron antes. César, Algorri, Sahelices... y tantos otros. Pacientemente esperando. Tal como él era. Hasta siempre amigo.