«Sólo tengo palabras de agradecimiento y me voy con la cabeza muy alta»

Fueron tres temporadas de tensión y dureza, pero tres temporadas que ayudaron a Luis Cembranos a curtirse en un banquillo.

—¿Cómo valora su paso por la Cultural?

—Desde el 26 de julio de 2011, fecha en la que entré por la puerta del estadio como entrenador de la Cultural sólo tengo palabras de agradecimiento para los 45 jugadores que he tenido a mis órdenes. Soy una persona de club, de confianza y de tiempo. Entré en una situación muy delicada del club, gracias a la confianza de Óscar Díez, que fue el que apostó por mí, después de muchas circunstancias extradeportivas y económicas, en una temporada que fue muy difícil en todos los aspectos. Mi valoración deportiva es buena, porque logramos los objetivos que nos marcamos en las tres temporadas. En la primera quedamos campeones, pero nos apartó de la primera posición los seis puntos que perdimos en los despachos y nos eliminaron sin perder ningún partido. En la segunda se logró el ascenso, y en esta recién finalizada, la permanencia.

—¿Qué razones le dieron para no renovarle?

—Fue una reunión muy breve. Cuando dos personas están o no de acuerdo las reuniones suelen durar muy poco. Me comunicaron que no me ofrecían la renovación y no soy yo quién para decidir sobre algo que no depende de mí.

—¿Entraba en sus planes seguir entrenando a la Cultural?

—No sé. Son condiciones que si me las hubieran propuesto las habría valorado, aunque yo tenía en mi cabeza desde enero que podía continuar, porque así me lo hicieron saber, y empezaba a pensar en un proyecto más ambicioso, con más ilusión y argumentos, para intentar crecer en Segunda División B.

—¿Porqué ha cambiado todo?

—Por mi parte no ha cambiado nada. Soy el mismo que en enero, cuando empezaron ciertas conversaciones de futuro. He evolucionado, mejorado y aprendido, y me han servido de mucho estas tres temporadas, pero no he cambiado. Me voy con la cabeza muy alta.

—¿Qué piensa cuando ha cumplido los objetivos y el club no cuenta con usted?

—Yo soy un empleado del club y cuando entré lo hice con unas condiciones. No hubiera venido si no hubiera firmado dos años con opción a un tercero porque es un club que se podía sacar adelante. Era una apuesta de todos los que estábamos para cambiar esa cara del club y lo conseguimos. A partir de ahí, en otros temas yo no entro a valorar porque no son responsabilidad mía. He hecho mi trabajo, me voy agradecido por el apoyo y la apuesta por mí, y orgulloso por haber hecho lo que tenía que hacer, que era cumplir los objetivos que me marcaron en los tres años que estuve al frente del equipo.

—¿Influyó el caso Iakob en la decisión final?

—Es un jugador más de la plantilla, como en otras temporadas había otro tipo de futbolistas. Tengo que decir que soy una persona que entiende las circunstancias y hay momentos y decisiones que tienen que ser conjuntas, no sólo estrictamente deportivas. Esto no es blanco o negro, hay un gris intermedio, y en ese gris estoy convencido de que todos podemos entendernos.

—¿Hacia dónde camina ahora la Cultural?

—No es responsabilidad mía. En lo deportivo nada puedo hacer, aunque estoy abierto a ayudar al club, pero no es una cosa que depende de mí. Debe tomar responsabilidad la junta gestora al igual que la tomó en este momento de no ofrecerme la continuidad.

—¿Está al día la Cultural con Luis Cembranos?

—No, es una de las cosas por las que estoy aquí. El 30 de mayo no ha finiquitado la Cultura conmigo y entiendo que no es coherente que estuviera ni en el club ni con el club.

—¿Tomará alguna medida si esto se prorroga?

—El club cumple sus plazos, yo cumplo los míos. Ellos tienen responsabilidades, derechos y obligaciones, yo también. Lo saben, no estoy diciendo nada que no sepan.

—¿La Cultural no debería responder como usted?

—En las reuniones que hemos tenido no ha sido así. Vengo a agradecer, a despedirme y salir como quisiera de mi equipo, de mi tierra y de mi casa.