«Es el momento de marcharme»

Visiblemente emocionado durante buena parte de su comparecencia ante los medios, Claudio Barragán puso ayer punto final a su etapa como entrenador de la Deportiva. El técnico valenciano deja el club después de tres temporadas y media en las que ha conseguido un ascenso a Segunda División y mantener al equipo en la Liga Adelante durante dos campañas consecutivas, algo que jamás había logrado el conjunto berciano.

Lo primero que quiso hacer Claudio fue agradecer «al club y a sus trabajadores, a la afición y a la prensa. Me voy dejando buenos amigos aquí, que al final es lo que cuenta. Ha sido un gustazo estar aquí todo este tiempo».

El técnico explicó que «han sido tres años complicados pero llenos de satisfacción por el trabajo realizado, ya no a nivel particular, sino colectivo. Hemos conseguido todos los objetivos que se habían marcado desde un principio y he sido afortunado de tener a mi lado a gente como Ramón Villagordo, Dani Borreguero, Manolo Santos, Alberto Casal... La verdad es que hemos conseguido todo lo que nos hemos propuesto. Nos hubiese gustado mejorar este año los números de la pasada temporada, pero sabíamos que iba a ser complicado por la igualdad que hubo».

Hasta el último momento se extendieron las negociaciones para intentar que Claudio continuara en la Deportiva, y ayer por la mañana aún se llevó a cabo una reunión con el club, pero la decisión ya estaba tomada: «Creo que era el momento. No ha sido por nada económico ni nada por el estilo. Son tres años y medio aquí y una bocanada de aire fresco le viene bien a todo el mundo. El año pasado estuve a punto también, pero me sentí arropado y decidí renovar. Este año también me siento así, pero creo que es el momento de marcharme».

En este sentido, Claudio reconoció que su gran apoyo dentro del club durante este tiempo ha sido el presidente, José Fernández Nieto: «Le tengo que estar agradecido porque cuando vine aquí como entrenador no tenía ni nombre. Hice 800 kilómetros como el que va a vendimiar a Francia. Aunque alguno dijese que venía por un plato de lentejas, vine a comérmelo honradamente. El presidente me abrió las puertas y tenemos muy buena relación, pero hay momentos en la vida en los que hay que tomar decisiones y la mía es, con pesar, dejar la Deportiva».

En su última intervención en la sala de prensa del Toralín, Claudio también dejó un recado —el único— para el que quiera cogerlo: «Es cuestión de cambiar porque también la gente se cansa de uno. Hay jugadores con contrato que no estarían muy contentos si yo siguiera. Me han llegado cosas de algunos que han amenazado con irse si yo seguía, pero no les voy a dar ese gustazo. Que sigan y que demuestren lo que conmigo no han podido demostrar, que alguno se queja incluso habiendo jugado treinta y pico partidos».

Sin planes

Una vez fuera de la Deportiva, el futuro inmediato de Claudio pasa, en sus propias palabras, por «irme a casa a descansar. No tengo nada con ningún equipo, pero sí quiero trabajar cuanto antes porque a nadie le gusta estar parado. Creo que me despido de un gran club que tiene que seguir creciendo y mejorando, igual que yo».

Finalmente, Claudio abandonó la sala de prensa entre lágrimas al intentar recordar lo vivido con el presidente cuando su puesto estuvo en entredicho antes de jugar contra Osasuna B: «Me llevó al Valle del Silencio con dos chorizos y un puro...» y ya no pudo continuar. Fue el emotivo adiós del entrenador de la mejor época de la Deportiva.