MUNDIAl DE BRASIL
Conflicto real de intereses
La reina consorte de Holanda, Máxima Zorreguieta, se encuentra ante una disyuntiva al enfrentarse su Argentina natal contra la Naranja Mecánica.
La estrella de Holanda, Robben, durante el partido de cuartos de final contra Costa Rica.
Cuando Argentina derrotó a Holanda por 3-1 durante la final del Mundial 1978, Máxima Zorreguieta, hoy reina consorte de los Países Bajos, tenía 7 años y su padre, Jorge, era uno de los responsables económicos de la dictadura del general Jorge Rafael Videla, fallecido en prisión el año pasado.
En la antesala del choque de las semifinales en el Mundial de Brasil entre Holanda y Argentina en Sao Paulo, mañana miércoles, Máxima, que se casó con el príncipe Guillermo en 2002, se enfrentará a un gran dilema: ¿Apoyar a su país de origen o al de adopción?
La historia de Argentina y de la familia Zorreguieta estarán sobrevolando un partido de fútbol, el cuarto en la historia de los Mundiales entre naranjas y albicelestes.
En el barrio de Recoleta, Buenos Aires, el padre de la reina, de 85 años, seguirá por televisión el partido. Su paso como funcionario de la dictadura militar, que entidades de derechos humanos reclaman investigar, es una piedra en el zapato holandés.
De hecho, el padre de la reina no asistió a su casamiento por este motivo, ni tampoco a su coronación, el pasado 30 de abril de 2013. Además, el padre de Máxima está siendo investigado por la desaparición de varios empleados públicos.
Algunas fuentes indican que el padre de la reina consorte estuvo también implicado en varios complots que terminó con el golpe de estado el 24 de marzo de 1976.
La reina, hincha del Racing Club de Avellaneda, también estuvo ante el dilema en el choque Holanda-Argentina en el Mundial Alemania 2006. Para su suerte, el resultado fue de empate a cero.
En Brasil 2014 fue a visitar con sus hijos y el rey Guillermo al vestuario de Holanda al entrenador Loius Van Gaal y sus dirigidos tras la victoria por 3-2 sobre Australia, en el estadio Beira-Rio de Porto Alegre.
Algunos hinchas que pululan por Sao Paulo lo tienen claro. «La reina tiene corazón holandés. Apenas nació en Buenos Aires», concluyen más preocupados por el pase a la final.