Los gallos primero se forjan

La tormenta pareció escoger Villavente para caer en la tarde del pasado viernes. El cuidado terreno, preparado por los del lugar para que se disputara la quinta cita de los Trofeos Diputación de Lucha de Base Juvenil (prólogo al sénior del sábado), quedó entonces anegado y la convocatoria para las primeras edades de la luche se pasaba al lunes. Ayer las condiciones sí que eran propicias y resultó ser uno de los mejores corros de la presente temporada.

‘El Polear’ fue un rincón hasta «maldito» en su tiempo: un lagunal donde queda memoria de que incluso alguna desgracia le ocurrió, hace muchos años, a un pequeño. El esfuerzo comunal, la hacendera de los vecinos, saneó ese terreno y el que han puesto los entusiastas de la lucha que aquí trabajan entorno a su figura, ‘El Junco’, lo han transformado, al aire de su chopera, en privilegiado para corros del mayor encanto.

Sigue siendo reducida la participación de luchadores (sesenta en esta última cita), y se echan en falta, especialmente, a algunos de tierra montañesa. Arbitraban sus combates en los dos espacios simultáneos Antonio Getino y Roberto A. Moro. La lucha se inició a las seis de la tarde y concluía en escasa hora y media. Sí que fue aceptable la presencia de público en esta ocasión: «En corros de liga he visto yo menos gente», decía uno de los de la grada, quien añadía «Y estos no echan tiempo. ¡Mira: en cuatro segundos dos caídas!».

Con esa agilidad comenzaban los de menos años, en los agarres que se ganaron a la afición por su entrega genuina: combate de la más pequeña de los Fierro, Ainhoa,que tiene toda la sangre y atractivo de los de su genial saga, con ‘El Junco II’, Manuel, a quien animaba la peña local. Se impuso la montañesa, disfrutaron los dos, los dos se llevaron los merecidos aplausos.

Fue esa primera categoría, la de pre-benjamines, la más concurrida, concretamente en sus dos primeros pesos: diez en ligeros, diez en medios, tan solo dos en pesados. Los vencedores entre ellos, Pablo Ferreiro, del club Montaña del Porma en ese peso superior, Sergio López, la ‘saeta rubia’ del club Campohermoso en el de ligeros, y Carlos Mondelo, uno de los puntales de base del club anfitrión, Los Leones. A Carlitos le entregaría su premio padres orgullosos y su entrenador en otra disciplina: el del Club de Fútbol El Ejido. «¿Juega como lucha? -le preguntaban- «Y mejor aún», respondía. Algo que merece tenerse en cuenta en éste muchos otros casos de buenos luchadores: lo son, como buenos deportistas; Lo único que hay que cuidar es que siga teniendo en su crecimiento el cinto el mismo atractivo atención que el balón de masas.

Por los alevines, Naim Flórez, valor seguro del San Guillermo, se impuso entre los tres de ligeros; Jorge Iglesias, de Los Leones, entre los también tres de medios, y Dylan Sousa (Montaña del Porma) le ganaba la final a otra figura local, Fernando Rodríguez, quien peleó con todo empeño, pero hubo de rendirse a sensible desventaja de físico.

Infantiles tuvo a la única campeona, Nerea Lorenzo (Bernesga) en ligeros (3), junto a su compañero Sergio Álvarez en medios (4) y Mario Baños (Prioro-Valdeón), único en pesados; con ganas de luchar, lo haría en categoría superior, la de cadetes, donde los vencedores fueron Daniel López, del Bernesga, en ligeros (4), Adrián Fierro, del Campohermoso, en medios (4), Pedro Alvarado, del San Guillermo, en pesados (2). Lo de Pedro, cum laude : luchó también en juveniles y allí también se impuso (3 en pesados), ganándole al semifinal al «Surfero» Encinas y a Aarón Varona en la final. Junto al de Cistierna, campeones dos del Montaña del Porma: Óscar Fernández en ligeros (5), Tomás González en medios (2). Posada de Valdeón espera el sábado, a las cinco.