Diario de León

BALONCESTO

España barre y Pau se exhibe

Primoroso partido de los de Orenga ante una Brasil sin argumentos

El poder intimidatorio de Pau Gasol resultó decisivo. En la imagen, ante el rival Nené Hilario

El poder intimidatorio de Pau Gasol resultó decisivo. En la imagen, ante el rival Nené Hilario

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LUISMI CÁMARA | GRANADA
León

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Ahora Brasil juega a lo mismo que España. O lo intenta. Porque cuando ‘La Roja’ es ‘La Roja’ nadie llega a igualarle. Porque no hay mejor equipo que el de Orenga (63-82). En la primera ocasión que ha tenido en este Mundial lo ha dejado clarísimo. Ni siquiera necesitó los cuarenta minutos, le bastó con diez. El primer cuarto fue primoroso. Despertar de dos jornadas aburridas y tediosas hasta el agotamiento -con insufribles partidos ante Irán y Egipto, por la escasa entidad del rival- con la exhibición de los anfitriones fue un gusto para los sentidos. El 14-30 final sólo fue una consecuencia lógica de la obtención de la meta final: demostrar a Brasil quién es el auténtico aspirante máximo a arrebatar el oro al vigente campeón, Estados Unidos. Con los inseparables Pau Gasol (26 puntos y nueve rebotes) y Navarro en su versión maestra, sus compañeros enchufados e iluminados de cara al aro, y con un público entregado a la causa hasta el límite, parecía más un partido definitivo que un choque de trascendencia relativa, que importaba más por el valor moral que por la clasificación.

Pero los brasileños tienen carácter y saben aguantar en el encuentro cuando las cosas van mal dadas. Volvieron a meterse en el choque con esfuerzo, trabajo y calidad. Huertas les mantuvo vivos cuando se avistaba el desastre, Leandrinho dio aire y Nenê Hilario sacó músculo. El jugador de los Washington Wizards es una roca en defensa, Chocar contra él es hacerlo contra un muro de hormigón, y hacerle recular es una lucha perdida.

En ataque, es mejor llevarle al tiro libre que dejarle un hueco hacia el aro. Avasalla.

Mientras los otros se encargaban de meter, Varejao bajaba al barro para intentar llevar a los postes españoles a una batalla cuerpo a cuerpo en la que se mueve a la perfección. Pero la segunda unidad española supo mantener la calma y la renta (32-45). No era mal margen para afrontar los dos asaltos finales. Sobre todo, si se tiene en el equipo a Pau Gasol. El de los Chicago Bulls es el mejor jugador del baloncesto Fiba. No hay un hombre en el mundo que rinda a un nivel tan espectacular ni durante tanto tiempo en los torneos internacionales.

El mayor de los ‘hermanísimos’ sumó 11 puntos (tres triples y un tiro desde la bombilla) en la salida que llevó a España a dispararse definitivamente (42-64). En la primera mitad aportó equilibrio desde el interior. En la segunda, puso equilibrio exterior. Él solo puso el equilibrio que busca Orenga. Eso sí, dentro de una actuación coral sobresaliente en el que todos sumaron. Porque si se busca a Pau y se encuentra a Marc, el resultado es casi igual de brillante. Y el resto no hace más que aportar más cosas.

Navarro es imprescindible. Rudy Fernández suma en muchas partes de la cancha. Ricky pone el ritmo y la astucia. Sergio Rodríguez es magia y sorpresa. Sergio Llull cuanta con una velocidad más que sólo él tiene.

Felipe Reyes está repleto de corazón y pelea. Calderón pone cabeza. A Ibaka le sobra pasión y músculo. Abrines es todo ilusión. Y Claver, orden. Es lo que tiene ser un equipo. Todos suman en pos de una causa común.

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