España no cura la herida
La Roja cae con Francia en un partido en el que se mejora la imagen pero se adolece de pegada ante el marco rival.
España cayó en París, donde se presentó consciente de que tenía muchas papeletas de salir escaldada (1-0). Bajo ese prisma, la cita no terminó mal sobre todo para un Del Bosque temeroso por las críticas que podrían afectar al duelo oficial ante Macedonia.
Los galos estaban deseando medirse a España, a la que no vencían desde que en la época más gloriosa superó con aplastante autoridad al gallo francés. En ningún momento pareció a merced de su vecino, cayó derrotada, por los mismos defectos que en la etapa anterior: mucho toque intrascendente y pocos remates entre los tres palos. En Saint Dennis ni siquiera llegó a hacerlo. España demostró que aún tiene muchas cosas que cambiar, que los conceptos que no funcionaban hay que solucionarlos y otros deben mejorarse tras esta primera. La misma identidad, pero también los mismos errores. Por eso no se puede dar por aprobado el examen. El gol sigue faltando, algo que se sabía desde hace años cuando la Federación buscó nacionalizar a Costa. Más allá del resultado, no fue un partido que ilusione, pero no se puede negar que los futbolistas demostraron personalidad y capacidad para afrontar el enorme reto que será defender la corona. Este es otro equipo, otros hombres. Y merecen darles margen y confianza. Con Iniesta, Silva y el regreso de jugadores como Thiago o Mata el fútbol asociativo también será posible.
Raúl García se colocó en la derecha con Cazorla en la izquierda. El Atlético, el de la pasada campaña, fue referencia con Koke, Raúl García y Diego Costa. Los ojos de inicio se clavaron en De Gea. El espigado meta, al que no le asusta iniciar el juego si sus compañeros le ceden la pelota, ya brilló ante Francia hace 7 años en el Mundial sub17. La retaguardia era novedosa, con Carvajal en la diestra, Azpilicueta en el puesto que suele estar colocado con el Chelsea y San José en el centro junto a Sergio Ramos.
La sensación de que Francia iba a pasar por encima sin excesivo esfuerzo se fue diluyendo, las de Francia tampoco eran ocasiones claras. Sólo Benzema obligó a lucirse a De Gea. El partido no era espectacular. España transmitía la sensación de ser competitiva, algo que no hizo tres meses atrás pero su posesión era estéril: ningún remate entre palos. Francia, que generó más con menos toque al inicio, perdió su buena presencia y el evento tendió al aburrimiento. Bostezos previos a que se llegara al descanso.
Del Bosque tiró de Iturraspe, que suplió a un gris Busquets. Francia avisó, con un remate en un córner y con un gol anulado a Benzema. Aparecieron Silva, Alcacer y Pedro sobre el campo mientras Deschamps buscó el triunfo a través del fútbol de Cabaye. El gol llegó con él sobre el césped, pero sucedió tras un choque entre Iturraspe y Cazorla, que se quedó tendido. España levantó los brazos, exigiendo un ‘fair-play’ que no llegó. Tres toques, un lateral que no hace falta y un central que no es contundente hicieron posible que Remy solo fusilase de cerca a De Gea. Tiró de orgullo España pero el gol se le quedó en vestuarios.