Pedaladas y afición de altura
Miles de seguidores arropan a los corredores en la ascensión a Ancares. El ataque de Alberto Contador a 500 metros de meta desata el delirio .
Banderas, ánimos y un solo un nombre: ciclismo. La provincia de León volvió a ser protagonista de la Vuelta a España y a demostrar que su afición al deporte de la bicicleta es notorio. Para prueba la ascensión a Ancares, escenario en el que iba a librarse la batalla decisiva por el reinado de la carrera. Apenas tres kilómetros bastaron para que miles de aficionados vibraran con el paso de sus ídolos, especialmente Contador que tras su ataque a 500 metros para la mera desataba la locura y un griterío enorme. El pinteño es un ídolo como Valverde y Purito al que algún avezado aficionado incluso arrastró un autógrafo.
Fue el premio para más de cuatro horas de espera de muchos que, en bicicleta, andando y en coche (en este caso aparcado a unos kilómetros) se acercaron hasta el coloso berciano. Ataviados algunos con los maillots de aquellos a los que admiran y con pancartas (‘Te quiero Contador’ ‘Eres el mejor, Contador’ ‘Ánimo Valverde’ y alguna más pudieron leerse), el colorido en la ascensión a una cota que se ha convertido en una de las joyas de la Vuelta fue patente. Nadie quería perderse el final de la etapa reina.
Tampoco los representantes provinciales que incluso se encargaron de levantar una carpa en el mirador de Ancares en la que el embutido fue protagonista. Había que demostrar que el ciclismo y en este caso la Vuelta es sinónimo de deporte pero también de fiesta.
Hasta el sol respetaba la jornada. Ni las rampas con porcentajes del 18 por ciento evitaron que esos miles de aficionados convirtieran en una romería en este caso con devoción deportiva su ascensión a la cima de Ancares. Y tampoco su descenso tras una jornada épica. La mejor versión de una provincia que en apenas unos días volverá a vestirse con el maillot y el culote para recibir a un Mundial que convertirá a Ponferrada en la capital internacional del ciclismo. Ayer también lo fue. Y uno de sus colosos, Ancares. Un día para la historia del deporte del pedal.