Fuerte en casa y en la Liga

Tres puntos para seguir haciendo historia. Con ese reto afronta el Atlético Astorga el compromiso de mañana en La Eragudina (18.00 horas), el tercero de los mararagatos como locales en la presente temporada y una nueva oportunidad de oro para asentarse en la parte alta de la tabla.

Después del triunfo en Vigo frente al Celta B que hasta el momento no había cedido ningún punto en el campeonato liguero, los de Tornadijo son conscientes que en casa es donde se logran los objetivos de la temporada. Sumar la victoria es esencial y más si el visitante en esta ocasión es el Marino de Luanco, un rival que a pesar de su potencial no sabe lo que es ganar acumulando en las cuatro jornadas disputadas dos paupérrimos empates.

A pesar de eso los astorganos no se fían su oponente asturiano. Además, en una dinámica tan positiva como la que estás atravesando (ocho puntos con dos triunfos y dos ‘tablas’) el Astorga no quiere desaprovechar la oportunidad para lograr su tercer triunfo de la temporada .

Para este encuentro Tornadijo sólo tendrá una baja, la del lesionado Puente, estando el resto de integrantes de la plantilla a su disposición a pesar de que alguno de los jugadores se presente con molestias físicas, pero sin la relevancia necesaria para impedirles ser de la partida.

Mantener la solvencia defensiva (hasta el momento sólo ha recibido tres goles, dos de ellos en un mismo partido) y suplir la ausencia de Puente con el acierto de jugadores con capacidad para desbordar a las defensas como Diego, Ivi Vales y Bandera deben ser los principales argumentos para desarbolar a un adversario que llega de perder en su estadio con el Murcia y en una situación complicada y con una presión por puntuar que puede convertirse en un factor en su contra.

Tornadijo no quiere confianzas y ya lo ha dejado entrever a lo largo de la semana en los entrenamientos en los que ha inculcado a la plantilla la necesidad de hacer notable el resultado de hace una semana en Vigo repitiendo el mismo desenlace, la victoria.

Y todo ante una afición que, aunque confiaba en las posibilidades del equipo, no se esperaba un inicio de campeonato tan consistente.