Diario de León

MUNDIAL DE CICLISMO

Sirr Wiggo

Tony Martin cede en Ponferrada su reinado en la crono. Ponferrada coronó a Wiggins como el ciclista más rápido del mundo en carretera. El británico, segundo en 2013, se sacó la espina ante Tony Martin al que relegó al segundo peldaño del podio

Bradley Wiggins voló sobre los 47,1 kilómetros de la crono mundialista de Ponferrada para enfundarse el arcoiris de campeón.

Bradley Wiggins voló sobre los 47,1 kilómetros de la crono mundialista de Ponferrada para enfundarse el arcoiris de campeón.

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M. ÁNGEL TRANCA | PONFERRADA
Ponferrada

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Bradley Wiggins llegaba al Mundial sin hacer apenas ruido. En un año 2014 en el que apenas se ha dejado ver rehuyendo de dos de las ‘perlas’ del ciclismo mundial, el Tour y la Vuelta, el británico tenía escrita en su agenda una fecha, la del 23 de septiembre. Ese día tenía previsto sacarse la espina de las dos afrentas que en 2011 y 2013 le había propinado otra de las locomotoras del pelotón internacional, el ‘panzer’ Tony Martin.

Y Wiggo cumplió con su promesa. Además lo hizo volando sobre los 47,1 kilómetros del circuito diseñado para que los más poderosos en la puja contra el crono pudieran lucir sus prestaciones. La venganza deportiva se había consumado y con ello el reinado de la velocidad pasaba al ciclista nacido en Gante que además dejaba a Martin sin el sabor dulce que le hubiera provocado su cuarto entorchado mundialista.

Ausente Cancellara, el tercero de los ‘grandes’ en las pruebas contra el crono, Tony Martin aparecía a priori como el claro favorito para vestirse el arcoiris. Si lo lograba empataría precisamente con el suizo a cuatro. Pero esta vez se encontró con la horma de su zapato. Con un rival que desde la salida demostró que su presencia en Ponferada no era un farol. Había llegado para ganar. Y dicho y hecho.

Eso sí, antes de que los grandes galgos hicieran acto de presencia la contrarreloj sacaba a un primer plano a otros actores secundarios que durante bastantes minutos ocuparon el protagonismo mediático. El primero, el moldavo Pliuschin que situaba el crono por debajo de la hora. Era la primera referencia en meta que el estonio Kangert primero, el ruso Ovechkin a continuación y el portugués Oliveira se encargaron de mejorar, en especial este último que incluso saboreó la posibilidad de dar la sorpresa colándose en el podio de los grandes.

Eso sí, faltaban los más poderosos contra el crono en hacer acto de presencia. Y cuando saltaron a la carretera lo hicieron para ‘dinamitar’ la general. Chavanel fue el primero aunque tras firmar los mejores registros en los dos primeros pasos intermedios se hundía para acabar 17º. Y a partir de ahí... la batalla.

Sólo dos de los candidatos al podio parecieron borrarse, el italiano Malori y el británico Van Garderen. Con Martin y Wiggins con la vitola de primeros espadas el tercer peldaño del podio se iba a vender muy caro. El ‘aussie’ Dennis fue el primero en opositar, luego el bieolorruso Kiryienka y posteriormente el holandés Dumoulin que se colgaba el bronce no sin aguantar parte del trayecto a Bradley y Tony.

Y en esa estética de locomotoras la británica iba a mostrarse más fiable. Dio igual que en el primer punto de control a los 12 kilómetros sir Wiggins cediera dos segundos frente a Martin. Sabedor de que de ahí en adelante el terreno le era netamente favorable se dedicó a aplicar su poderoso pedaleo de ‘pistard’ para recuperar la iniciativa e ir abriendo una brecha respecto al alemán que a los 23 kilómetros se iba a tres segundos, a nueve a los 35 y a un mundo en los 12 kilómetros restantes. Wiggo volaba en un trazado exigente con varios repechos y Martin, exultante en su fortaleza en otras ocasiones, veía como el tres de la gloria se le escapaba. Su consuelo fue la plata y en dejar para 2015 su intento de igualar a Cancellara.

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