El Reino de León debe ser un fortín
Sin afanes polémicos martín
La Cultural empató a un gol frente al Coruxo, en un partido que, en buena parte tuvo sonido de muñeira, más que el rápido bailar de la jota leonesa.
Quiero decir que los gallegos supieron bailar, durante buena parte del partido al ritmo y al son que tocaban. Tuvieron tanta fortuna en el remate del gol como mal defendido por la Cultural.
Luego se dedicaron más a conservar el resultado, que a consolidarlo, aprovechando la actuación calmada y calmosa del árbitro de turno, muy contemporizador en sus decisiones, con calma que favorecía el hacer sobre el campo de los gallegos, conservadores y reticentes en las faltas para romper el ritmo del partido. Deficiente arbitraje, irregular en sus decisiones. El hombre tranquilo, como acertadamente le definió un aficionado.
Muchas faltas, intentando romper el juego de la Cultural, por parte de los gallegos, para anular el hacer de los culturalistas, con demasiados toques de balón —contagio del famoso tiqui-taca— que, como las idas y venidas del caballo de la fábula, fueron de escasa utilidad. Un punto que sabe a poco... y gracias; porque el empate peligró en varias ocasiones, en tanto las posibilidades del gol se hacían escasa. Una pena; porque la victoria hubiera situado a la Cultural muy bien en la tabla de clasificación, recalificando la lograda, ocho días antes en el Plantío, frente al Burgos.
El Guijuelo, próximo rival, demuestra en cada partido que todo el peligro lo genera por la izquierda. Por dicha zona del campo, Aitor Granados se infla a entrar y centrar, pero es un bloque que no remata bien. Sin ese último toquecito, el de los goles, lo mejor es que la Cultural cierre esa banda zurda.
Buen resultado el logrado por el Astorga en Murcia. Hay derrotas con sabor agridulce; el amargo de la derrota en sí y el dulce de haber perdido por un solo gol en la Condomina; por añadidura el gol de la derrota se produjo a escasos minutos del final.
El equipo maragato debe seguir por la buena senda que llevaba no hace muchas jornadas para asentarse en una posición cómoda en la tabla clasificatoria, porque los agobios nunca son buenos consejeros.