Raúl Marcos gana el provincial de caza
Le arrebata el título a su hermano gemelo. Ambos disputarán el autonómico.
Entrega de trofeos, en el provincial de caza menor con perro.
Los buenos resultados que, como norma general se están cosechando en la temporada de caza, no se han visto en este campeonato provincial, ya que entre todos los participantes no lograron abatir ni una sola perdiz, la pieza mas cotizada en estos concursos. No es que los cotos de Bustos y Tejados, administrados por Riomonte, carezcan de perdices, pues están constatados varios bandos de «patirrojas».
La enorme dificultad del terreno, poblado de monte en buena parte, las pocas hectáreas con que cuentan estos cotos para cazar «a rabo» y la bravura de la caza hacen muy difícil conseguir resultados, especialmente cuando son muchos los cazadores que compiten. El propio Miguel Fierro, Presidente de Riomonte y delegado de la federación de caza reconoce que va siendo necesario cambiar de escenario, buscando un coto mas llano y con menores dificultades, más parecido a los que sirven para dirimir los autonómicos y nacionales. El problema está en que ninguna sociedad cede sus acotados para estos eventos en los que, al menos a priori, compiten las mejores escopetas provinciales.
Raúl Marcos González, con una liebre, consiguió arrebatarle el título de campeón provincial a su hermano gemelo, Benito, que lo ostentaba desde el pasado año. Ambos irán al campeonato de Castilla y León que se celebrará en Las Agallas, una finca salmantina de 2.400 hectáreas, en el límite con Caceres y próxima a Ciudad Rodrigo, más apropiada para la caza mayor pero en la que, al parecer, también abunda la menor por llevar varios años sin cazarse. Se sitúa en plena Sierra de Gata, pero con unas pendientes no demasiado escarpadas. Abunda el monte bajo y pequeñas manchas de roble, arroyos y dos embalses. Les acompañará Pedro Cabezas, un cazador muy bragado que estaría satisfecho con matar un promedio similar al que viene cazando cada jornada en esta temporada que, para él, es muy buena de perdiz. Juventud y veteranía, un cóctel que puede dar sus frutos a poco que acompañe la suerte que, como casi siempre, será determinante.