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BALONMANO

Llegó el Séptimo de Caballería otra vez

El Ademar deja la esencia para el final: diez minutos al más puro viejo estilo tumban al Huesca y le ponen en camino a Europa

El meta ademarista, Nacho Biosca, al fondo, tuvo ayer un papel decisivo en la victoria

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GEORGINO FERNÁNDEZ | LEÓN
León

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Como en las viejas películas del Oeste al final apareció el Séptimo de Caballería cuando peor pintaban las cosas. En los western clásicos, cuando los indios están a un paso a derrotar a los rodeados soldados de azul, suena el toque de corneta más famoso de la historia y... ya conocen el final. El guión cambia por completo y el triunfo cambia de bando.

Una historia parecida volvió escribirse así ayer en el Palacio de los Deportes. Quedaban diez minutos para el final de un partido a cara de perro entre el Abanca Ademar y el Bada Huesca donde cada golpe tenía su contestación inmediata en la otra portería. El Bada Huesca estaba dos arriba (26-28) y, Toño Cartón, un veterano con mucho balonmano todavía, se asentaba en la línea de siete metros para lanzar un penalti que amenazaba con dejar al equipo leonés tres abajo. Mal, pintaban las cosas. Pero ahí surgió el meta Biosca para parar un penalti decisivo y animar a sus compañeros fue el equivalente al toque de corneta y el Ademar, liderado en ataque por un enorme Vejin con once goles, se lanzó al galope contra el equipo oscense para desarbolarlo en los últimos diez minutos con un balonmano al más puro viejo estilo: intensidad defensiva, robos de balón y contraataques letales. Nada especial; la vieja receta de siempre que tan buenos resultados da este equipo y que tan bien conecta con la grada como se vio de nuevo ayer.

En esos diez minutos últimos se pasó del 26-28 al 35-32 con que concluyó el partido. Un parcial de nueve a cuatro para los hombres de Dani Gordo que sentenció al peleón Huesca entrenado por Francisco Nolasco. Un rival directo del Ademar en la lucha por las cinco primeras posiciones de la tabla que dan derecho a jugar en Europa la próxima temporada. Un primer paso en la dirección correcta.

Para darlo fueron necesarios cincuenta minutos de sufrimiento y diez de adrenalina disfrutando de las viejas señas de identidad del equipo marista. Los treinta primeros fueron fiel reflejo del gran paralelismo que han tenido los dos equipos esta campaña. Marcador igualado con alternativas constantes. El 18-19 con que acabó la primera parte muestra que la asignatura pendiente del equipo leonés sigue siendo la defensa. Ayer (mayoritariamente empleada en seis cero) volvió a ser blanda y permisiva con los lanzadores rivales. Por desgracia en esa primera parte tampoco ayudó la portería. Por suerte, el ataque funciona con un gran Vejin (seis goles en ese tiempo) bien secundado por Joao, Carrillo y también Mikel.

En la segunda hubo un detalle distinto al de los últimos choques: el equipo no sufrió en la vuelta a pista la pájara que tan cara le ha costado en los últimos choques. De hecho, fue al contrario. Llegó a ponerse tres arriba pero el Huesca remontó y le dio la vuelta al envite. Y cuando el horizonte parecía más oscuro el viejo ADN marista resolvió.

Dos puntos fundamentales en el reto del equipo leonés de iniciar su particular escalada para asentarse definitivamente en la zona noble de la tabla y volver a mirar a Europa. Con su victoria de ayer, el equipo leonés sube a la sexta plaza de la liga con quince puntos; los mismos que el Anaitasuna que es quinto y a sólo uno de su próximo rival, el Benidorm, que es cuarto con 16. Pero esa historia no se contará hasta el martes que viene, fecha del próximo compromiso liguero del equipo leonés.