Diario de León

BALONMANO

Encendidos para la Copa

El Abanca Ademar planta cara al Barcelona en un intercambio de golpes que acaba con la afición leonesa puesta en pie para respaldar al equipo. Intentarán alcanzar como anfitriones la final de la Asobal.

El lateral del Abanca Ademar Mikel Aguirrezabalaga se eleva sobre Sorhaindo, Dani Sarmiento y Karabatic para buscar la portería del Barcelona

El lateral del Abanca Ademar Mikel Aguirrezabalaga se eleva sobre Sorhaindo, Dani Sarmiento y Karabatic para buscar la portería del Barcelona

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SERGIO C. ANUNCIBAY | león
León

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Aunque la fe mueva montañas, el Barcelona está construido sobre duras rocas, inquebrantables a pesar del espíritu combativo que ayer impregnó, de nuevo, el juego de un Abanca Ademar que por momentos soñó con hundir al transatlántico de la liga (37-43).

Ambos equipos confrontaron sobre el parqué argumentos ofensivos que convirtieron el enfrentamiento en un auténtico intercambio de golpes, resuelto a favor de la mejor plantilla del continente. No hubo defensas, y tampoco portería, sobre todo en el lado leonés, donde Biosca, primero, y Llamazares, después, no hicieron otra cosa que recoger la bola del fondo de la red.

Algo parecido le ocurrió a Saric y a Gonzalo Pérez de Vargas, incapaces de frenar las embestidas de un Abanca Ademar que se encomendó a la inspiración de un Pedrag Vejin que, ayer sí, hizo nueve goles de once lanzamientos. Su asociación en ataque con Joao y Mikel Aguirrezabalaga cortocircuitó la potente defensa del Barcelona. Sorhaindo y Karabatic veían como el lateral serbio encontraba siempre la diagonal para hacer gol.

Ese vendaval ofensivo conectó con la grada. Y la afición creyó en lo imposible. Tanto como el equipo. Joao comenzó el choque como una exhalación y encadenó dos goles, el primero de contragolpe, para poner a los locales con ventaja en el marcador (2-1). El Ademar estaba fino en ataque y, a los seis minutos, Vejin se sacó un lanzamiento a la remanguillé que aumentaba esa diferencia a los dos tantos (5-3).

No iba a durar mucho la ventaja. Raúl Entrerríos, Gurbindo y Karabatic se encargaron de imponer la lógica y una exclusión, algo ingenua, de Dimitrievski, llevó a los de Xavi Pascual hasta el 11-14 a falta de diez minutos para el descanso.

Pero los de Dani Gordo iban a vender cara la derrota y no estaban dispuestos a sacar la bandera blanca con tanto tiempo por delante. Aguantaron como pudieron hasta el descanso (18-22). Carrillo tuvo en sus manos, y desde los siete metros, la posibilidad de recortar la diferencia hasta los dos goles, pero Saric le adivinó las intenciones.

No falló desde esa distancia Kristensen, ya con el tiempo del primer acto cumplido, para aguantar el sueño en el segundo periodo. Poco cambiaron las cosas tras el paso por los vestuarios. La portería marista seguía sin aparecer y Vejin soportaba el pulso de Karabatic, Samiento y Sigurdsson, casi nada.

A los 39 minutos, una acción de Mikel puso el Palacio a hervir. El de Zarautz tiró de casta, le sacó una exclusión a Sorhaindo y consiguió el 27-30 que abría, de nuevo, el duelo. Mellado y Carrillo lanzaron una contra de manual y apretaron aún más el resultado (27-29), aunque en la acción siguiente Saubich encontró un pasillo en inferioridad para batir a Rogelio. Vejin, el más contestatario ayer, respondía con su fusil, prácticamente infalible (28-30). Los leoneses atacaron, incluso, para acercarse a un gol pero fallaron en el contragolpe. A partir de ahí, el Barcelona afinó sus lanzamientos y apoyado en Rutenka, Lazarov y Karabatic volvió a disfrutar de una renta de cinco tantos (30-35). El Ademar insistía pero ya no pudo hacer más por reducir la brecha.

No obstante, esta derrota, como ocurriera contra el Oporto, les fortalece de cara a la Copa Asobal que empieza el sábado. La comunión con la grada fue perfecta, consecuencia, en parte, del desparpajo que muestran canteranos como Jaime, Rodrigo, Borja o Edu, que ayer tuvieron su cuota de protagonismo. Ahora llega el Granollers.

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