Tropiezo ante el Villarreal
El líder, sin pegada ni control, choca contra Asenjo y el orden defensivo del rival. No pasa del empate y aprieta la Liga.
El Real Madrid no pudo con la presión, empató 1-1 con el Villarreal y cedió dos puntos importantes en la lucha por el título de Liga tras completar un partido espeso, con ausencia de ideas y en el que sacó a relucir esa versión dubitativa que puede mandar al traste los títulos en los momentos cumbre.
Espeso y sin ideas. Esos fueron los mejores calificativos para un equipo que parece haber perdido la imaginación desde antes del Mundial de Clubes. Cristiano llevaba sin marcar en su estadio 85 días, desde el 6 de diciembre, cuando logró un triplete ante el Celta. Pero no todo son goles en el fútbol. El portugués, aunque marque, no es el mismo. Algo raro pasa. Es demasiado previsible. Bale tampoco anda fino. Como siempre, sigue perdido en la banda derecha. Su presencia allí no ayuda nada. Y Ancelotti sueña con el regreso de Luka Modric. El croata debe volver cuanto antes si el técnico italiano quiere volver a la senda de la excelencia.
Toni Kroos, autosuficiente para manejar al Real Madrid con holgura, necesita al croata para ser completo. Es la pareja perfecta.
Fruto de toda esa espesura repleta de detalles, el Real Madrid completó una primera parte aburrida de las de verdad. Y eso que enfrente tenía a un Villarreal a medio gas, con muchos suplentes para intentar remontar al Barcelona con los titulares la eliminatoria de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey.
Acuciado por la necesidad, los hombres de Ancelotti aceleraron en la reanudación y obtuvieron un premio tempranero con un penalti que cometió Eric Bailly sobre Cristiano. El luso no falló y rompió su mala racha ante su público. Y, ya de paso, abrió el marcador. Sin embargo, a balón parado.
Entonces, Marcelino García Toral no se amedrentó y sacó al campo a Manu Trigueros y a Vietto para ir a por un empate que consiguió doce minutos después del tanto de Cristiano. Lo hizo Gerard, con una asistencia de Vietto, para empatar el duelo con un disparo desde fuera del área que esta vez no puro parar Casillas.
Las prisas, malas consejeras, se aliaron con los dos equipos. Con el Real Madrid, por razones evidentes. Con el Villarreal, curiosamente porque decidió ir a por los tres puntos. Se acabaron las especulaciones y el duelo se convirtió en un ‘correcalles’ en el que Cristiano pudo repetir con un cabezazo que salvó Sergio Asenjo.
Casi al final, Ancelotti decidió sacar del campo a Isco para dar entrada a Asier Illarramendi entre los pitidos del respetable. También apostó por Jesé Rodríguez y Chicharito Hernández, pero el marcador ya no se movió de su sitio.