Primera prueba superada

El Atlético Astorga superó con éxito la difícil cita de ayer tras imponerse (3-1) al Coruxo, siendo el justo premio a su mayor ambición.

Sin embargo, el encuentro tuvo dos partes completamente diferenciadas. La primera mitad, en la que ambos equipos estuvieron más pendientes de no perder que de ganar, y la segunda parte, en la que los maragatos salieron más ambiciosos y buscaron el triunfo con más ganas y fe que su rival, que sólo se decidió a jugar al ataque cuando se vio por debajo en el marcador.

Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron los del ‘miedo’, buscando asegurar el balón sin arriesgar para no dar opción a su rival, siendo ambos porteros prácticamente dos espectadores de lujo ante la falta de verticalidad y exceso de centrocampismo.

El equipo local tuvo muchas lagunas en el centro del campo, facilitando la tarea defensiva de un conjunto vigués al que las llegadas por bandas hacían mucho daño al perder consistencia su defensa, acusando la falta de Diego el equipo maragato.

Además, faltaba un organizador en la parcela ancha. La baja de Rubén y la ausencia en el once titular de Taranilla se dejó sentir, obligando a Porfirio a multiplicarse en sus funciones. Marcos acusó en exceso la inactividad y eso se dejaba notar a la hora de ocupar espacios. Asier trataba de llegar a todos los balones, lo que le hizo perder efectividad, a pesar de darse una auténtica ‘paliza’ a correr, dejando claro que la sombra de Diego es muy alargada, pero estos eran los mimbres de que disponía Pepe Calvo para sacar adelante este difícil compromiso, y aunque por momentos parecía cundir el desánimo en la grada por la falta de profundidad, lo cierto es que la portería local no pasó por ningún apuro, lo que invitaba al optimismo.

Como no podía ser de otra forma al descanso se llegó con el empate sin goles inicial.

Cambio de decoración

Tras el paso por vestuarios la decoración cambió por completo. El Atlético Astorga salió más enchufado que su rival buscando la victoria y comenzó a llegar con peligro a las inmediaciones del área visitante, llegando a botar hasta cuarto saques de esquina de forma consecutiva en los primeros diez minutos sin que el Coruxo fuera capaz de acercarse a los dominios de Javi.

En el minuto 65 se produjo la entrada de Taranilla en el rectángulo de juego, siendo el encargado de galvanizar el fútbol en la parcela ancha para nutrir de balones a los desasistidos Bandera y Borjas.

Tras dos llegadas consecutivas al interior del área de penalti de Bandera y Cristian, en las que se pidió la pena máxima, solucionando el colegiado la situación con cartulina amarilla para el capitán maragato por entender que se había tirado y con saque de puerta la del lateral derecho, llegó una tercera. Un balón en profundidad de Taranilla sobre Borjas es controlado por éste para ser derribado en el interior del área por Alberto García, decretando el colegiado penalti a instancias de su auxiliar.

Bandera se encarga de transformar su lanzamiento para establecer el 1-0 cuando se cumplía el minuto 66.

Con el marcador a favor el Atlético Astorga sigue dando muestras de su ambición. Taranilla recupera un balón en el centro del campo, enviando sobre Bandera para que éste tras realizar una pared con Borjas supere de nuevo a Brais, poniendo el 2-0 en el luminoso cuando se cumplía el minuto 77.

A partir de ese momento el equipo maragato se toma un pequeño respiro, circunstancia que aprovecha el conjunto vigués para llegar con peligro a las inmediaciones del área local, máxime con los cambios introducidos por Rafa Vázquez que colocó a todo su arsenal del banquillo sobre el terreno de juego.

En el minuto 82, y tras una indecisión de Javi, Rubén Rivera remata al palo derecho de la portería astorgana, aprovechando el rechace de la madera Cifuentes para batir al meta local y poner el 2-1, llevando de nuevo la incertidumbre a la grada antes las muestras evidentes de cansancio de los jugadores locales y los antecedentes de encuentros precedentes.

Pese a ello, la zaga local sigue dando muestras de firmeza y achica como puede todos los intentos de llegada de los vigueses.

En el minuto 93 llegaría el gol de la tranquilidad. Borjas aprovecha un balón a la espalda de la defensa gallega para superar a su par y rematar en vaselina sobre la salida a la desesperada de Brais, para remachar de cabeza a portería vacía y enviar el cuero al fondo de las mallas. Era el 3-1.

Sin tiempo para más el árbitro decretó el final del partido tras efecutar el saque de centro el equipo vigués.