«La selección ya es un sueño roto»

Raquel Caño lidera cada jornada al Carobels Cleba. Su experiencia es fundamental en un vestuario plagado de jugadoras jóvenes. Y su calidad en ataque empuja a un equipo que avanza despacio, pero con paso firme, hacia la salvación. Frente al Córdoba hizo diez goles, en la que fue su enésima exhibición. Y eso que arrastraba molestias. Hace dos semanas recibió un golpe en el abdomen. Debería haber parado «ocho o diez días», aunque decidió jugar porque —explica— el encuentro ante las andaluzas «era fundamental para nosotras».

La victoria de la última jornada les aleja del descenso y clarifica el camino de la permanencia. Caño está cómoda con la responsabilidad que asume en la plantilla. Junto a Cristina González, es la jugadora con más experiencia y galones. «Estoy muy contenta en el plano personal. Disfruto muchísimo del balonmano porque el juego del equipo me viene muy bien. Hay un grupo humano muy bueno y, más allá de problemas puntuales, estoy en un gran momento de forma física», señala.

Es la máxima goleadora de la División de Honor Femenina y una de las mejores extremos de la Liga, pero no de ahora. Lo viene demostrando desde hace muchas temporadas. Tantas, que la selección española ha dejado de rondarle la cabeza. «Es un sueño roto», asume. Reconoce que entrar en el combinado nacional es algo que ya no se plantea, después de saborearlo en distintas épocas de su carrera. «Antes sí que era algo que tenía en mente, pero no voy a mentirme ni a mí misma, ni a los demás. Ahora es un sueño roto», señala. Lo justifica porque —entiende— ha tenido también momentos de forma excelsa a lo largo de su trayectoria y no ha convencido al técnico, que le ha llamado en contadas ocasiones. Ni si quiera cuando alguna de las extremos estuvo lesionada.

Pero eso es ya una puerta que prefiere cerrar. Mira al frente, donde encuentra retos que colman su ilusión. No sólo con el Cleba. El balonmano playa aparece en el horizonte más cercano. El año pasado fue convocada por Dani Lara para disputar en Brasil el Mundial. Quedaron quintas. «Surgió como una oportunidad y descubrí un deporte fantástico. Voy a seguir luchando para estar en ese grupo. Quiero ayudar al balonmano playa a que crezca como deporte. Me han tratado fenomenal», agradece.

Pretende, también, cerrar la permanencia del Cleba cuanto antes, sin pasar apuros. Los dos puntos ante el Córdoba suavizan el trayecto. Valora que el equipo leonés haya crecido desde enero, después del parón. «Somos un vestuario joven y a partir de enero hemos explotado un poco más», apunta. Considera que el cambio a defensa de 5-1 ha reforzado esa faceta del juego. «Estamos teniendo más acierto. Esa defensa abierta, permite el juego de los extremos porque hay muchos contraataques», explica. Se alterna en la posición de avanzado con su compañera Tati Lozano. Y en ataque lo juega prácticamente todo.

De momento, su físico no se resiente. «Me encuentro también muy cómoda cuando Tati está en el avanzado y yo en el extremo porque ella tiene más envergadura», valora Caño, quien sabe que su rol dentro del conjunto entrenado por Javi Callejo le obliga a «tirar del carro» junto con Cristina González. «Cuando decidimos quedarnos aquí sabíamos que tendríamos que asumir mucha responsabilidad para dejar al equipo en la máxima categoría». Y en ello están. Lo tienen al alcance de la mano. Sus dos próximos partidos en casa, frente a Porriño y Castelldefels, podrían dejar la salvación certificada.