«Las críticas son algo inherente al deporte profesional y así lo acepto»

—¿Cómo ha sido el día después tras conocer su relevo en el banquillo?

—He tratado de que fuera un sábado normal. Vídeos, inglés, un paseo por el centro de la ciudad con un buen amigo… y sobre todo estar con mi familia «leonesa» que es de lo que más me presta.

—Cuando ayer hablamos, tras conocerse que no iba a seguir, percibí en su tono algo parecido a quitarse un peso de encima, ¿es así?

—Mi cabeza sólo quedará libre el día que finalice la liga, es mi forma de ser. Llevo casi dos años trabajando 24 horas al día y mi implicación no es negociable bajo ningún aspecto.

—¿Le han convencido las razones de la directiva para no renovarle?

—Las razones no me han de convencer, aceptar estas decisiones es una parte del trabajo como entrenador profesional.

—¿Se ha sentido respaldado por la directiva?

—Solo puedo decir palabras de agradecimiento a la junta directiva y en especial a Cayetano Franco. No obstante, creo que un punto de inflexión y así mismo un problema de fondo fue que el cuerpo técnico fuimos los últimos en recibir una oferta de renovación al término de la pasada campaña y eso influyó en la toma de decisiones en el apartado deportivo.

—¿Se arrepintió alguna vez de continuar esta campaña al frente del banquillo. Lo digo porque el propio presidente reconoció como un fallo que el entrenador no fuese el responsable máximo de los fichajes y por la bajada sustancial en lo económico?

—No me arrepiento. Uno de los valores con los que más me identifico es la de encarar con valentía situaciones desafiantes, y sin duda dirigir a todo un Ademar de León en tales circunstancias lo eran. En mi primera temporada al frente del banquillo del Ademar, fui el encargado de confeccionar todo el apartado deportivo y en la segunda no fue así. He podido cumplir mi sueño de poder dirigir al Ademar gracias a la oportunidad que me brindó la junta directiva y al apoyo económico que me brindó mi familia especialmente este segundo año.

—Cuando empezó la liga ¿tuvo la impresión de que le iba a tocar lidiar con una plantilla descompensada? Lo digo porque se fueron los dos especialistas defensivos Carou y Dacevic y no se fichó a ningún recambio...

—En el apartado de las renovaciones la junta directiva tomó lo que consideró decisiones oportunas en su momento. Incluso así, me sentía en la obligación, con la ilusión necesaria y delante de una oportunidad para seguir enrolado en este proyecto. Si uno hace memoria, y si se fija en otros clubes, incluso de otros deportes, después de un concurso acreedores sus futuros han derivado en descensos o desapariciones, por suerte y trabajo el Ademar ha estado sorteando ese destino.

—Si tuviese que hacer autocrítica, ¿en qué cree que se equivocó o haciendo la pregunta de otra manera qué no volvería a hacer si pudiese dar marcha atrás?

—Evidentemente como entrenador novel que soy me he dado cuenta que hay cosas que podría y debería haber hecho de otra manera. Estas situaciones me servirán de aprendizaje para un futuro.

—¿Cuáles son esas situaciones?

—Planificación de temporada... asuntos relacionados con el deporte profesional. El oficio del entrenador consiste en confeccionar una plantilla, diseñar sesiones de entrenamiento y dirigir partidos. Ahí hay situaciones que mejorar.

—Y dentro del club, ¿qué cosas cree que se pueden hacer mejor de cara al futuro?

—Creo que todos hemos aprendido mucho esta temporada. Durante toda la temporada el cuerpo técnico hemos manifestado diferentes aspectos de mejora. Ahora son otros los que tomarán o no las decisiones que crean adecuadas.

—¿A qué achaca esa animadversión hacia usted de una parte de la grada?

—Lo que está claro es que a una parte del público lo que ha visto no le ha gustado. No considero que sea injusto el trato, es más no lo siento así. Las críticas son inherentes al deporte profesional y así lo acepto. Me considero afortunado de tener una afición que se manifiesta de forma espontánea, y los actos espontáneos son los más valiosos de la vida.

—Aunque el cambio se ha anunciado ahora quedan todavía retos importantes para lo que queda de temporada como la Copa del Rey e intentar meterse en puestos europeos...

—Llevo ocho años trabajando para este club y he entrenado a todas sus categorías. Creo que hay suficientes motivos para valorar mi implicación con este club independientemente que entrene a los infantiles del Hermano Tomás o los dos años y medio que he estado en la plantilla profesional, en situaciones aun más adversas si cabe. Entiendo que no se tenga que cuestionar mi nivel de profesionalidad de aquí a final de temporada. Luchare por dejar el equipo lo mas alto posible tal y como hizo Jordi a Isidoro, Isidoro a Manolo o Manolo a mi…

—Sabiendo que no seguirá ¿se trabaja de otra manera? ¿con menos presión? ¿con menos ilusión tal vez?

—Tal y como habéis recogido algún medio en mas de una ocasión, el equipo tiene el ADN Ademar. Somos competitivos, profesionales y todos lo quieren hacer bien siempre. Tengo confianza en que el equipo asumirá la situación, aunque haya unos jugadores que se pueden ir, otros que se van a quedar… pero la mayoría sabrán lo que van a hacer que es lo mejor, porque es mucho peor la incertidumbre. Tenemos todo por delante y el único patrimonio que tiene un deportista es su profesionalidad.

—Cogió el equipo en un momento complicado. ¿Cómo le gustaría ser recordado tras su etapa en el Ademar?

—Mi intención no es ser recordado, sólo me dedico a esto por vocación, por mi forma de entender la vida. Lo objetivo, y lo he expresado en anteriores ocasiones, es que pasaré a la historia como el entrenador de la transición del Ademar.