La Roja gana sin chispa

Ver el Sánchez Pizjuán lejos del lleno en un partido oficial de la selección española supone una pésima y sintomática noticia. Significa que ha decrecido la expectación que generan los campeones, incluso en un feudo tradicionalmente entregado a la causa. El pésimo desempeño en el Mundial de Brasil provocó un bajón anímico en la hinchada y en los propios jugadores. Mantener el ciclo glorioso es una utopía y se vive ahora un período de transición dirigido por el mismo jefe. Siempre es un problema que el cambio lo lidere y decida una persona necesariamente hipotecada a muchos de sus héroes. Este grupo ha perdido duende y se nutre de futbolistas todavía en formación. Un once que es capaz de juntar a los jóvenes Koke e Isco y a los expertos Iniesta y Silva, ambos lejos de su mejor momento aunque siempre muestren detalles exquisitos, garantiza calidad, no contundencia. De figuras de nuevo cuño como Koke e Isco, mucho más incluso que de un Morata que copará los grandes los titulares, depende el porvenir de la selección. Al final 1-0.

El centrocampista del Atlético tiene que dar un paso al frente también en la selección, lucir más galones y aparecer más en ataque, igual que en su club. Ofreció una gran asistencia a Morata en el primer gol, pero hay que exigirle más personalidad. Isco está de moda pero le daña tanto adulador. El malagueño hace filigranas imposibles, se prodiga en ataque y en defensa y ha ganado en carácter, pero cada vez que se le compara con Iniesta y Zidane se le perjudica y se insulta a la historia. Igual que cuando a Koke se le equipara con Xavi. Cerebros como el de Terrasa no hay más que uno, y no conviene frivolizar. Morata promete, suma un gol en tres participaciones, crece de forma exponencial en la Juventus y, tal y como reconoce, ha mejorado táctica y físicamente en el ‘calcio’, pero ponerle ya el cartel de indiscutible sería absurdo; y añadiría la carga mental de una presión innecesaria.

Ha adelantado a Llorente en su club y en la selección, pero, en buena forma, Diego Costa es hoy por hoy un jugador mucho más completo que el ariete de la ‘Vecchia Signora’. Tampoco es más poderoso que los valencianistas Negredo e incluso Paco Alcácer.

Lo más grave para España fue comprobar que sufrió ante un rival de medio pelo como Ucrania. La falta de tensión defensiva en el equipo es alarmante, lo que se tradujo en varias ocasiones muy claras del adversario.