Urge un cambio de tendencia
El Abanca Ademar, que no gana lejos del Palacio desde la tercera jornada, necesita un triunfo en Puente Genil para alimentar el difícil sueño de volver a Europa.
Diego Piñeiro y el canterano Edu Fernández, durante un entrenamiento del Ademar.
El Abanca Ademar está obligado a cambiar la tendencia de sus compromisos a domicilio si quiere luchar hasta final de temporada por alcanzar las plazas europeas, algo que está realmente difícil. No pueden fallar en los siete encuentros que restan hasta la conclusión del campeonato. Necesitan, al menos, doce puntos —cierran la campaña contra el inalcanzable Barcelona— y que tropiecen Anaitasuna, Benidorm y Cangas. Los tres ganaron sus respectivos compromisos de esta jornada.
De momento, la cuarta plaza, propiedad de los gallegos, aparece a nueve puntos, aunque el bloque marista suma un encuentro menos. Y la quinta, que ocupa el conjunto navarro, no asegura la presencia en la EHF. Habrá que esperar al desenlace de la Copa del Rey, donde Sagunto y Gijón aspiran a colarse en la final y sacar así el pasaporte continental.
Pero eso es harina de otro costal. Los de Dani Gordo afrontan una semana de doble compromiso, ambos trascendentales en la pelea por acabar el curso lo más arriba posible. Visitarán el martes (20.45 horas) la cancha de un Puente Genil que está empatado a puntos con el conjunto capitalino, menos peligroso lejos del Palacio, donde no gana desde la tercera jornada, cuando se desplazó a la pista del Juanfersa.
Un botín escaso a domicilio para un equipo que ha salido damnificado de la igualdad que impera en la Liga. Ha perdido muchos puntos por la mínima. El enfrentamiento de la primera vuelta entre ambos se resolvió a favor de los maristas (36-29).
Tras este partido, el Abanca Ademar recibirá el sábado en su feudo a otro rival directo, el Cangas, que ayer doblegó al Granollers por un tanto (25-24). Los leoneses arrancaron un empate en el encuentro de la primera vuelta. Después llegará la visita a Cuenca, y el Puerto Sagunto en el Palacio, antes de jugar en Huesca y recibir al Benidorm, equipo recién ascendido que se ha ganado por derecho propio ser la revelación de la Liga. Y para zanjar la temporada, contra el Barça en el Palau, un envite que se antoja imposible después de que el cuadro catalán contabilice todos sus compromisos domésticos por victorias.
No parece sencillo el reto de enjugar nueve puntos —siete si se gana el martes— en los seis compromisos que faltan, pero mientras haya vida, hay esperanza.