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CICLISMO

Paris-Roubaix, victoria alemana, que no para ni el TGV

Degenkolb se impone en 'El Infierno del Norte', en el adiós de Wiggins a la ruta con la anécdota de un paso a nivel que altera la prueba

Parte del pelotón de la Paris-Roubaix, bloqueado en un paso a nivel.

Publicado por
SERGI LÓPEZ-EGEA
León

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Para muchos aficionados al ciclismo la cita del año es con la París-Roubaix, la carrera de las piedras, de los adoquines, del 'pavés', allí donde rebotan las bicis, donde salen llagas a los corredores, en las manos por el continuo roce con el manillar, en el trasero de tanto rebotar sobre la bici, a través de caminos agrícolas, casi vías romanas, aunque construidas en el siglo XIX, que si no se han asfaltado es, precisamente, por la magia de esta carrera. Bienvenidos al 'Infierno del Norte', desde 1896 cuando ganó un alemán llamado Josef Fischer, que sacó 25 minutos al segundo clasificado. Desde entonces, y hasta este domingo, ningún compatriota suyo se había impuesto en esta prueba centenaria, la de los tramos de 'pavés', que este año como en el anterior regresarán en julio al Tour. Triunfo de John Degenkolb, el vencedor de la Milán-San Remo.

Dekenkolb es algo más que aquel velocista que se presentó en la alta sociedad ganando cinco etapas en la Vuelta, rápido en las metas, pero con un aceptable comportamiento, al estilo de Óscar Freire, cuando la media montaña se interpone en su camino. Este domingo se ha convertido en el ganador de un 'monumento' como la París-Roubaix, que ha elevado a escenarios de obligada visita turísticas los pasos adoquinados del bosque de Arenberg o el Carrefour de l'Arbre.

Ha sido la edición del 2015 la de la despedida oficial de la competición en ruta de sir Bradley Wiggins, última carrera con el Sky. Le queda ahora una especie de exhibición con su equipo de valores en Yorkshire para dedicarse luego de pleno a la pista, al velódromo, Río de Janeiro y los Juegos Olímpicos del 2016.

A Denkenkolb no lo paró ni el TGV, cuyo paso obligó a cerrar la barrera a 87 kilómetros de la llegada, con una espectacular imagen. Ciclistas parados y otros que burlaban el paso... hasta se golpearon con la barrera. El reglamento ciclista obliga a detenerse cuando se bloquea un paso a nivel. Los ciclistas que han pasado, si se rueda en pelotón, deberán detenerse o bajar el ritmo --tal como ha sucedido camino de Roubaix-- hasta que se reintegran los corredores perjudicados por la carretera bloqueada. Los fugados o los rezagados no se ven afectados. Pasar por debajo de la barrera supone la descalificación.

El paso a nivel

Este domingo, a través de 253 kilómetros, por carreteras locales, única posibilidad de llegar a los 27 tramos adoquinados, para un total de 27 sectores, era inevitable no encontrarse con pasos a nivel; seis en total, y uno de ellos coincidió con la salida de la estación, a baja velocidad, de un TGV.

Peor suerte llevaron los corredores que en el 2006 iban a la caza de Fabian Cancellara, en la segunda de sus tres victorias. 'Espartaco', ausente este año por lesión, iba impulsado hacia su triunfo cuando sus perseguidores --Leif Hoste, Peter van Petegem y Vladimir Gustev-- se encontraron con un paso a nivel cerrado, que sortearon por debajo de las barreras. Fueron descalificados, en la edición en la que Juan Antonio Flecha llegó en cuarta posición.