Lejos de la tierra de los mejores

Sabéis lo peor de algo que se acaba? Que se acaba. Me duele el cuello, no quiero abrir los ojos, hoy si sé donde estoy. Se que se ha acabado, se que en pocas horas estaré en España. Ya lejos de la tierra roja por donde corren los mejores. Dicen algo por la megafonía del avión, no entiendo lo que están diciendo, me gustaría seguir durmiendo... No tardo en volver a ganar terreno al sueño. Vuelvo a la habitación enana,la cual comparto con mi amigo Samu. Hijo de medallista Olímpico que está llamado a escribir varios capítulos dentro del atletismo español. Corremos, subimos trotando dejando a nuestra espalda el Camp de Lornah. Giramos a la izquierda y comenzamos a coger velocidad, hasta que llegamos a Kamarini, ‘la pista’. Aquella donde muchos entrenan en busca de la gloria. Esa que todos anhelan, que unos pocos podrán rozar con la punta de los dedos y con la que tan solo los elegidos podrán llegar a bailar.

Hoy no saltamos al ruedo. Nos limitamos a ver como se deslizan bajo nuestra atenta mirada. Kiprop, Endiku, Rudisha, Chepseba...

Se hace tarde. Como cada día Llegan las nubes del Norte y nos avisan que ha llegado la hora de volver a casa. Entramos en Lornah. Vemos a Berto y José, nos invitan a tomar una Tusker. Hablamos de lo que ha supuesto el viaje para cada uno de nosotros.

En cuanto a mí, creo que he vivido cosas que no podría haber vivido en el primer mundo. He conocido, he disfrutado y sobre he aprendido mucho. Si antes no daba importancia a muchas cosas que la gran mayoría de la gente creía importantes, ahora menos. Me limitaré a intentar ser lo mas feliz que pueda, y a hacer feliz a la gente que me rodea.

Lo importante no es a donde vas, sino como te sientes en el momento en el que llegas a formar parte de algo. Y si encuentras ese momento, es para siempre.