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Lucho convence a los críticos
El Barsa todavía no ha ganado nada, pero la exhibición en el 2-0 al PSG crea un insólito consenso en torno al equipo.
Cuando a Luis Enrique le preguntaron en París si le sorprendía la dimensión que tomaban las polémicas en el Barcelona, en referencia al enfado de Neymar en Sevilla, miró la fecha en su flamante reloj con correa azulgrana y aprovechó para felicitar el cumpleaños a su madre. «A día de hoy, 14 de abril, ya no me sorprende nada. Por cierto, veo que es el cumpleaños de mi madre. ¡Felicidades mamá», soltó en la sala de prensa del Parque de los Príncipes, tirando de tranquilidad, energía positiva y buen humor antes de un partido tan importante como la ida de unos de cuartos de final de la Liga de Campeones que acabó 1-3, con una gran actuación colectiva de su equipo.
En algo mintió el técnico asturiano porque a día 21 de abril, una semana después, sin cumpleaños familiar que felicitar de por medio, se comprobó que todavía había lugar para la sorpresa en su proyecto: su escuadra ofreció el mejor partido de la temporada en la vuelta de los cuartos de final ante el PSG para imponerse 2-0 y meterse otra vez en la semifinal de la principal competición europea, la séptima en ocho temporadas, la octava en las diez últimas.
A falta de seis jornadas para acabar la Liga, con una final de Copa por jugar y unas semifinales de Liga de Campeones, el Barcelona parece por fin haber acabado con el eterno debate en el club y su entorno entre los románticos del estilo, los resultadistas, los que nunca apreciarán nada tras el impacto que les causó la era de Pep Guardiola y los que aceptarían cualquier cosa con tal de alejarse de ese legado. Fue una exhibición de las mejores virtudes de la época dorada condimentada con el toque competitivo que exige un fútbol que sigue evolucionando: toque, posesión, combinación, presión, intensidad y verticalidad para buscar el gol. La primera parte fue perfecta, tanto que Luis Enrique aprovechó la segunda, con la eliminatoria resuelta, para rotar a jugadores como Iniesta, Busquets y Luis Suárez de cara a lo que se avecina, lo primero el derbi ante el Espanyol. Lástima que Messi sea el único que no se presta a descansar porque ante el PSG fue el único que transmitió un lógico desgaste tras unos meses estelares.