En León mandan los ‘Hispanos’

Manolo Cadenas quiso librar la batalla contra los germanos en terreno conocido, en un escenario propicio para las emociones y la efervescencia que es donde él siempre se maneja mejor. En el envite se jugaban muchas de las opciones de dejar prácticamente sellada la clasificación para el Europeo de Polonia 2016 y tras caer hace escasos días en Alemania por la mínima (29-28) tocaba venganza y recuperar el terreno perdido. Y para eso nada mejor que un Palacio de los Deportes de León prácticamente lleno. Ese viejo feudo donde todavía resuenan los ecos de una frase para la historia: «¡Esto es León y aquí mandamos nosotros!», gritó Cadenas a su Ademar en el tiempo muerto de una eliminatoria europea ante el Flensburg alemán. Funcionó en aquella ocasión y volvió a hacerlo ayer. Aunque costó doblegar a los alemanes, los ‘Hispanos’ marcaron su territorio para mandar en el partido y llevarse una victoria muy trabajada (26-20) que les permite volver a colocarse como líderes del Grupo 7 del preeuropeo y dejar muy bien encarrilada su clasificación.

A la hora de buscar las claves a la victoria de la Selección es de justicia detenerse fundamentalmente en tres. La primera fue la soberbia actuación de Arpad Sterbik en la portería. El meta de origen serbio finalizó con más de un cincuenta por ciento de efectividad y tuvo fases de amargar literalmente a los tiradores alemanes. Ni por alto ni por bajo eran capaz de batirle.

La segunda —vinculada con esta— fue la rotundidad del sistema defensivo 6-0 que planteó Cadenas durante todo el partido. Morros y Guardiola se multiplicaron para cerrar todos los huecos bien respaldados por sus compañeros. Basta un dato para ilustrar su eficacia: a la conclusión de la primera mitad el resultado era de 11-8. La poderosa Alemania sólo había podido hacer ocho goles a los Hispanos. Los hombres de Dagur Sigurdsson estaban entendiendo el significado de «Esto es León...» y quién mandaba sobre el parqué.

Y la tercera fue la conexión en la segunda parte del ataque español con el pivote Julen Aginagalde. El vasco, considerado por todos como el mejor pivote del mundo, demostró que cuando coge la bola o bien acaba en las mallas o es penalti. Y eso que en los primeros treinta minutos, espoleados por la permisividad arbitral de la pareja danesa, la defensa alemana sometió a Julen a agarrones y placajes continuos que, incomprensiblemente, nunca tuvieron castigo. Pero en la segunda sus compañeros, especialmente Raúl Entrerríos lo encontraron y su fuerza letal abrió una importante vía de agua en el muro rival. Cuatro goles firmó el irundarra.

Realmente el choque de ayer se planteó siempre desde la defensa. Ahí estuvo todo. El 6-0 defensivo central alemán con Schmidt y Wiencek fue también muy complicado de superar para los jugadores de Manolo Cadenas. España planteó la misma estrategia y esa agresividad atrás se tradujo en que en diez minutos de partido el marcador reflejaba un 2-1 revelador. Las defensas mandaron, agresividad, muchos contactos y piernas. Y cuando Alemania vislumbraba un hueco ahí apareció siempre Sterbik, que fue vitoreado por la afición en varios momento.

En la primera parte Alemania llegó a ponerse dos arriba durante algunos minutos pero España supo reaccionar y merced a su profundidad de banquillo, con más calidad que en el Alemán, recuperó el mando para irse tres arriba al final de la primera mitad: 11-8, una renta que ya no mermaría en ningún momento. Los próximos compromisos de España serán en junio contra Austria y Finlandia. Una victoria más y el billete al Europeo estará en el bolsillo.