Morata complica la final

Debería valer oro el gol de Cristiano, que con 76 ya supera a Messi como máximo artillero de la Champions, pero el Real Madrid perdió el primer asalto en Turín y se complicó el pase a la final de Berlín porque nunca funcionó como equipo frente a un adversario al que quizá desde España se le ha faltado al respeto desde el sorteo (2-1).

Los de Carlo Ancelotti disfrutan de más y mejores individualidades que los de Massimiliano Allegri y es indudable que partían como grandes favoritos, pero la Juventus es un histórico y el vigente campeón de Italia, donde el ‘calcio’ ha decaído pero sus profesionales no dejan de tener gen competitivo, carácter, dominio del tiempo y el espacio y enorme rigor táctico. No supo juntar bien las líneas el Madrid, presionó con gran desorden y cometió errores defensivos groseros, como el del penalti de Carvajal a Tévez, que le obligarán a sufrir para remontar en el Santiago Bernabéu frente a un adversario que se pertrechará con tres centrales y buscará el contragolpe. Si de algo puede presumir la ‘Juve’ es de oficio, ya que seis de sus titulares anoche superan la treintena.

Salió el Real Madrid muy confuso a la caldera juventina, un escenario con un ambiente mucho más imponente que el antiguo y frío estadio Delle Alpi, y donde la escuadra de Allegri se hace fuerte. Con Sergio Ramos de medio, lo que quizá sea un error porque debería ser más un remedio o solución que formar parte ya del guión táctico, se quedó a medio camino entre la presión alta y una ubicación más ordenada con dos líneas de cuatro y dos delanteros.

Avisó ya en el primer minuto el chileno Vidal, que erró al no golpear a la primera en lugar de tratar de buscar el penalti. La jugada procedió de un regalo de Casillas a Marchisio. Poco después, el joven Sturaro, la gran sorpresa en un once local que sufría la baja del todocampista Pogba, encontró el disparo fácil, pero Iker le adivinó la intención y llegó fácil. No suelen perdonar mucho los equipos italianos, que a la tercera sí atinaron. Tévez recibió sin oposición dentro del área, y su tiro seco, raso y cruzado, lo desvió Casillas con tan mala fortuna que le puso el gol en bandeja de oro a Morata, quien, por respeto, no lo celebró.

De forma paulatina, empero, el Madrid creció en el primer tiempo. Tuvo más pausa, mucho más control del juego en el centro del campo, y más posesión. La Juve reculaba en defensa para cerrar huecos. En la jugada más paciente de los de Ancelotti llegó el empate, fruto al final de una asistencia de James, cómo no, y un cabezazo en boca de gol de Cristiano. Con mucho mejores jugadores, aunque quizá menos riguroso tácticamente, el Madrid pudo voltear el duelo antes del descanso. Isco, muy activo siempre, tiró un centro enorme y James cabeceó al travesaño.

El duelo se reanudó con más pausa, como si a los contendientes no les disgustase del todo ese empate con goles. Pero jugar al fútbol control frente a adversarios italianos, tiene más peligro que cruzar por un paso de cebra en Nochevieja. En una acción aislada y muy mal defendida por el Real Madrid, Tévez se internó en el área, metió el cuerpo y esperó hasta que Carvajal le derribara. Apenas le rozó al argentino, pero no supo aguantar el lateral. El ‘Apache’ lanzó duro y al medio, disparo de seguridad que da ventaja a la Juve.