Xavi festeja la Liga y el Dépor se salva

El mejor futbolista español de todos los tiempos dijo adiós a lo grande a la Liga española, levantando la copa de campeón y recibiendo el calor de los suyos, que le agradecieron todo lo que han disfrutado con su juego en los últimos 17 años, tras el empate del Barça ante un Deportivo de La Coruña que selló la permanencia en Primera (2-2). Ni en sus mejores sueños podía haber imaginado Xavi una despedida tan espectacular: celebrando la Liga en casa, jugando su último partido en el Camp Nou en la final de Copa y colgando las botas como azulgrana en la finalísima de Champions. Un guión perfecto para un mito, un jugador que ha marcado una época, que ha representado mejor que nadie un modelo, un estilo y un gusto exquisito por el balón. Campeón mundial y dos veces campeón de Europa con España y tres veces ganador de la Champions, Xavi levantó en el último partido del campeonato su octava Liga y la 23ª del Barça.

Xavi se despidió a su manera, fiel a su estilo, sin hacer demasiado ruido y como si todo lo que hace fuera fácil. Con lágrimas en los ojos, saludando, en el minuto 85 fue sustituido por Iniesta y el Camp Nou se puso en pie. «Xaviii, Xaviii...». Lo primero que hizo nada más acabar el partido fue ir a felicitar a Víctor, técnico del Deportivo, que se salvó del descenso. Acabado el choque, fue su momento. Ángel María Villar le entregó la copa y el capitán la elevó sobre el cielo de Barcelona.

A partir de ahí, confetis, gritos de «¡Campeones, campeones!» y vuelta de honor. Saludó a su mujer, a sus amigos... Todo muy sencillo, como su concepto del juego. El club le dedicó un pequeño homenaje. Durante los parlamentos, Xavi agradeció al barcelonismo por que le ha hecho «el hombre más feliz del mundo». El ‘6’ de Terrassa prometió volver dentro de dos semanas, tras ganar la Copa y Champions. «Queremos la Liga, queremos la Copa y queremos la Champions. Nos vemos en 15 días, y me despediré de todos», remató el genial futbolista.