Los milagros no caben en el Palau
El Abanca Ademar cae con dignidad ante un Barça que celebra el título de liga sin perder un partido en toda la temporada. Salvo renuncias, el equipo leonés no jugará en Europa la próxima campaña.
Joao irrumpe como un ciclón desbordando la defensa azulgrana para marcar uno de los siete goles que le convirtieron ayer en máximo realizador ademarista.
No hubo milagro y el Abanca Ademar despide la temporada con una contundente derrota (40-29), como no podía ser de otra manera. La lógica del balonmano se cumple sin ninguna clase de concesiones a la piedad por parte del bloque que adiestra Xavi Pascual, y que poco a poco fue ensanchando las distancias en el marcador hasta acabar sumando la victoria número treinta en treinta jornadas, otra temporada perfecta de los culés. Los de Dani Gordo opusieron coraje y también calidad, pero ante el Barça no hay nada que hacer. Derrota, el equipo que se queda sin billete para Europa y tarde de emociones y despedidas en el adiós a la campaña.
Kiril Lazarov comenzó el encuentro anotando los dos primeros tantos para un Barcelona que saltaba a la cancha muy metido en defensa, sobre todo. Pero Vejin y Leo Almeida devolvían el equilibrio al tanteador. A los tres minutos y medio, Sorhaindo colocaba el 3-2 en el marcador y los barcelonistas ya no dejarían el mando en el luminoso hasta el final de la contienda. Así que ni un solo segundo pudo ir por delante el Ademar en la fiesta culé por el título. Leo Almeida, el mejor en el primer periodo en el aspecto ofensivo de la escuadra de Dani Gordo, ponía un 5-4 pero las rotaciones constantes de Xavi Pascual mantienen siempre fresco al equipo barcelonista, que comenzó a ver puerta con mucha mayor facilidad. Así, después de la reseñada diana de Almeida los locales respondían con un primer parcial de 4-0 para escaparse de cinco tantos en el casillero.
Aunque Dani Gordo pedía un tiempo muerto ante este primer aluvión de los culés en el encuentro poco podía hacer el Ademar.
Los ataques de los locales funcionaban y las diferencias comenzaron a ensancharse, aunque Nacho Biosca le sacó dos buenos balones de manera casi consecutiva a Cedric Sorhaindo y a Nacho Tomás. El arquero respondió muy bien en las acciones en seis metros, pero desde la primera línea los poderosos brazos locales eran martillos pilones. Hasta ocho goles de diferencia consiguió el cuadro local con un 19-11, distancia mínimamente recortada por los visitantes en el compás final del primer periodo, llegándose al intermedio con un 22-14 tras una última diana local de Sigurdsson, una pesadilla para los maristas.
En la segunda parte, el Abanca Ademar llegó a verse hasta diez goles por debajo con un 25-15 y después con un 27-17, pero los de Dani Gordo reaccionaron con tres dianas consecutivas, dos de Aguirrezabalaga y una de Diego Piñeiro, momento en el que se hizo daño Joao da Silva, afortunadamente sin consecuencias. Los colegiados privaron a Ademar de ponerse a seis con unos pasos inexistentes, y Lazarov devolvía una renta de ocho a los culés. Con 32-21 Dani Gordo solicitaba un tiempo muerto, si acaso para que el equipo no se dejara ir ante la inercia de un encuentro que se iba ensanchando en las diferencias en el marcador, aprovechando cada vez más los locales el cansancio de los leoneses para robar y salir en contragolpes cómodos que iban machacando una y otra vez la meta ademarista. Nikola Karabatic, muy motivado en su último encuentro con la camiseta barcelonista, era en esos momentos el líder sobre la pista de un Barcelona que apenas quitó el pie del acelerador en los compases finales, permitiendo un poco más de comodidad en los ataque de los leoneses, que se pudieron permitir incluso alguna frivolité como un lanzamiento de cadera de Richi Díez. Al final, se cierra la temporada con una derrota previsible pero digna, pues pocos conjuntos se han ido del Palau Blaugrana perdiendo por sólo once goles.