MÁS QUE DEPORTE
Juanín en su regreso a León: «No vengo de buque insignia, los retos son del equipo»
El Abanca Ademar presenta a Juanín García que retorna a su casa para las dos próximas temporadas y asume que un objetivo será volver a llevar al club a Europa
Han pasado diez años pero se le nota en muy buena forma. Nadie diría que el Juanín García que se presentó oficialmente ayer con el Abanca Ademar disputó su último partido con la camiseta ademarista un lejano mayo de 2005. Entonces tenía 37 y ahora está a punto de hacer 38, pero el tiempo no le ha causado apenas mella. Físicamente parece el mismo y en su forma de ser —al menos lo que trasluce— también. Siempre fue cercano en el trato y poco dado a declaraciones estridentes. Ayer volvió a verse a ese Juanín en la sede de Abanca Ademar donde se hizo su presentación oficial, acompañado por varios viejos amigos como el Hermano Tomás.
Lo primero que hizo fue agradecer «la insistencia» de la actual directiva del equipo leonés para traerle de nuevo a la que fue su casa. «Este año no fue el primero que me han llamado. Han estado pendientes siempre de mi situación y les estoy agradecido por darme la oportunidad de poder volver a casa después de muchos años. Estoy contento de estar aquí de nuevo y ojalá que sea una buena vuelta»
¿Por qué este año y no en anteriores ocasiones? Fiel a su estilo no entró en honduras. «Las circunstancias», se limitó a señalar. «Cuando estuve en el Barcelona siempre dije que mientras el Barça me quisiese iba a estar allí. Antes no se dieron las circunstancias y en esta ocasión sí. Influyó también la insistencia del Ademar y además tenía ganas de volver a casa. No me apetecía mucho continuar en el Naturhouse. Ahora estoy aquí y encantado», reconoció.
Eludió precisar qué aspectos del nuevo proyecto deportivo del equipo leonés le inclinaron a aceptar la oferta. «Me atrajo un poco todo. Tras sus años gloriosos el Ademar pasó un bache duro pero por fortuna se está superando ya y me apetecía formar parte de este proyecto que quiere volver a poner arriba al equipo».
A la hora de hablar de objetivos sí concedió que la mira está puesta en el retorno a la competición europea, donde el equipo leonés jugó de forma consecutiva los últimos 19 años. «Ese debe ser un reto de todos, yo intentaré ayudar en lo que pueda y ojalá que el club vuelva a estar ahí en Europa. Sí que puede ser un buen objetivo el año que viene plantearse el volver».
Es consciente de que será una de las piedras angulares del nuevo Ademar pero rechazó de plano que venga a ejercer de vaca sagrada en la plantilla. «Buque insignia no tiene que ser nadie lo tiene que ser el equipo con el esfuerzo y con lo que haga día a día. Nadie tiene que ir de líder, el camino es trabajar todos unidos porque es lo mejor para que el equipo consiga lo que se proponga».
Conoce perfectamente al nuevo entrenador, Rafa Guijosa. De hecho llegaron a verse las caras en la pista más de una vez en aquellos envites de alta tensión entre el Barça que lo ganaba todo y el Ademar que reclamaba su lugar en la gloria. «Cuando él jugaba muchos jugadores de mi generación nos fijábamos en él; fue el espejo donde nos miramos muchos. Hubo muchas batallas con el Barcelona, era la época en que ellos eran casi intocables, el Ademar empezaba a asomar un poco la cabeza y Rafa era uno de los puntales del aquel Dream Team. De hecho, hasta que él no se retiró no fui a la Selección», recordó con una sonrisa.
Y cree también que Guijosa encajará perfectamente en el club leonés. «Con Cadenas, el Ademar tenía esa identidad que todos conocemos: luchador, peleón y con la grada muy identificada con un equipo que transmitía mucho. Rafa Guijosa seguro que quiere buscar eso también por su manera de ser y de ver el balonmano. Ese estilo de juego a mi me gusta, jugar con mucha intensidad y rapidez es lo que he hecho siempre», subrayó.