Diario de León

Vachier-Lagrave impone su ley

El joven talento francés disputará el domingo la final del prestigioso torneo leonés tras superar por 2,5 a 1,5 a Ruslán Ponomáriov. La soltura en su juego fue fundamental para superar al GM ucraniano.

Ponomáriov se dispone a realizar un movimiento ante un pensativo Vachier-Lagrave, a la postre vencedor de la semifinal.

Ponomáriov se dispone a realizar un movimiento ante un pensativo Vachier-Lagrave, a la postre vencedor de la semifinal.

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Maxime Vachier-Lagrave luchará por la gloria en el Magistral de León. De los dos escalones que el francés debe superar, el primero lo solventaba ayer con acierto en la semifinal que le midió a Ruslán Ponomáriov a que superaba por 2,5 a 1,5. Vachier-Lagrave demostró que la continuidad en el juego es vital. Y el GM galo, que disputa más torneos que Ponomáriov, se agarró a esa circunstancia para apuntalar su triunfo ante el francés. El francés se enfrentará así mañana en la final con el vencedor del duelo de hoy entre el prodigioso chino Yi Wei, de 16 años, y el prometedor español David Antón, de 19.

«He conseguido mantener el equilibrio psicológico en el momento más difícil, y quizá ahí haya estado la clave», explicó el vencedor. Tras un primer asalto en el que Vachier-Lagrave tuvo que ser preciso para neutralizar la pequeña ventaja de su rival, fue él quien tomó el mando en el segundo, pero no apretó bien ante la defensa precisa del ucranio.

Es a ese momento al que se refería Vachier-Lagrave en la frase del párrafo anterior. Un periodo de baja forma en los últimos meses se tradujo en una pérdida de más de veinte puestos en la lista mundial. Y aunque la semana pasada terminó invicto en la Liga Francesa, y todo indica que eso marca el fin de sus crisis, su confianza en sí mismo no es la misma que en enero. Por eso, tras ver cómo se le escapaba la victoria en la segunda partida, afrontó la tercera con vacilaciones.

Sin embargo, fue Ponomáriov quien falló en ese momento, a pesar de que conducía las piezas blancas, y permitió que su rival lograse una posición cómoda y ventajosa que finalmente convirtió en victoria. El camino del francés hacia la final parecía expedito.

Pero no, porque un excampeón del mundo como Ponomáriov –lo fue con 18 años, el más joven de la historia- está lleno de recursos. Y el ucranio logró en el cuarto asalto lo que necesitaba: una posición ventajosa, complicada, con mucho juego en ambos flancos y con tiempo más que razonable en el reloj. Ahora todo apuntaba hacia un desempate electrizante de partidas rápidas.

Pero tampoco, porque Ponomáriov pagó el precio de que su cerebro está menos engrasado que el del francés porque juega menos torneos. En lugar de seguir apretando sin riesgo, eligió una ganancia de material que liberaba las piezas de su rival, y éste logró llegar a un final de torre y alfil contra torre, de tablas teóricas. El ucranio exprimió la posición hasta el límite: 159 movimientos, sólo dos menos que el récord de la historia del torneo (Leinier Domínguez-Aronián, 161 movimientos en 2010). Tras casi cinco horas de pelea, Ponomáriov ofreció el empate y tendió su mano. La suerte estaba tomada y el joven talento galo se salía con la suya. Nada menos que el pasaporte a la final.

Vachier-Lagrave se desconectará del ajedrez el sábado: «He jugado mucho en los últimos meses, y la prioridad mañana será disfrutar de las famosas tapas leonesas». Una propuesta que Ponomáriov, residente en Getxo (Vizcaya) y casado con una vasca, ve con agrado: «Me gusta cocinar, mi suegro lo hace muy bien, y me está enseñando mucho», precisó.

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