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FÚTBOL

Reválida frente a Bielorrusia

España se examina en Borisov para cerrar un curso de transición entre el fracaso del Mundial de Brasil y la próxima Eurocopa. Del Bosque cumple 100 partidos en un feudo trampa.

Cesc y Piqué, en primer plano, durante el entrenamiento de la selección, ayer en Minsk.

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Ignacio Tylko | Minsk
León

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Justo cuando se cumple un año del fracaso sin paliativos en el pasado Mundial de Brasil, la selección española afronta la reválida de fin de curso ante Bielorrusia (20.45 horas, La1) en un partido que Vicente del Bosque calificó de «supertrascendente» desde que ofreció la convocatoria. Será el duelo que ponga cierre a una temporada de transición y un tanto extraña para ‘La Roja’, presionada en la fase de clasificación para la Eurocopa de Francia 2016 desde que sucumbió en Eslovaquia.

La selección nacional no puede fallar más si quiere sellar cuanto antes, y como líder de un grupo que encabezan los centroeuropeos, el billete para el certamen que le permitirá luchar por defender la corona lograda en Kiev. Fue allí, en la capital ucraniana y en la gran final ante una Italia debilitada, donde el combinado de Del Bosque alcanzó la «excelencia», según confesión del propio técnico charro, que hoy cumple 100 partidos al frente de España.

Aunque parezca mentira, tan raro se ha vuelto el clima que, a día de hoy, para España es casi más cómodo jugar lejos de casa que en feudos como el de León, donde el barcelonista Gerard Piqué fue la víctima de unos abucheos insólitos y desproporcionados, aunque haya quien considere que el ‘respetable’, como los clientes, siempre tienen razón. Será por el pensamiento político jamás negado por el central, o más bien por su ‘gracia’ de recordar a Kevin Roldán en la celebración del triplete azulgrana, pero el caso es que el «espacio selección» que pregona Del Bosque se ha visto alterado. Pitos en Las Rozas, más abucheos en el reino leonés para el central y último entrenamiento a puerta cerrada, antes del viaje a Bielorrusia, para blindar a los jugadores.

Por más que el seleccionador trate de poner al mal tiempo buena cara y de que Cesc Fàbregas asegure que Piqué es un tipo «peculiar», tan fuerte que no está afectado por semejante falta de respeto, hechos así descentran a cualquiera. Se puede ser frío, fuerte y experimentado, pero no de piedra. Una hostilidad que marcó el amistoso ante Costa Rica, donde los españoles rayaron a un nivel más que aceptable.

Decidido a completar una renovación tranquila del equipo y dispuesto a lucir alguna novedad en cada convocatoria, como la de Aleix Vidal frente a los ‘ticos’, Del Bosque recurrirá a sus pesos pesados ante los bielorrusos. Su apuesta más importante será la de Morata de ariete en lugar de Paco Alcácer, notable y goleador frente al corajudo combinado que tuvo al portero Keylor Navas como figura. Pese a la ausencia por lesión de los Iniesta, Thiago Alcántara o Javi Martínez, el once español será de garantías, competitivo y con dilatada experiencia. Regresará Iker Casillas en detrimento de David de Gea; Juanfran y Jordi Alba serán los laterales y Ramos y Piqué compartirán el eje de la zaga si es que el catalán supera sus ligeras molestias musculares. Busquets recuperará el mando en el centro del campo, un lujo con jugadores del nivel de Koke, Cesc, Cazorla o Silva. Habrá que ver si juega Pedro, la ‘bestia negra’ de los bielorrusos, a los que ha marcado cuatro tantos en los tres precedentes, saldados siempre con triunfo español. En la última cita, celebrada el 15 de noviembre de 2014 en Huelva, Isco rindió a un gran nivel y abrió el triunfo sellado luego con los goles de Busquets y Pedro. Los españoles temen una encerrona en el pequeño estadio de Borisov.

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