El genio chino Yi Wei, Magistral en León con 16 años, repite corona

Sólo un jugador, el pentacampeón del mundo Viswanathan Anand, había ganado en León dos años seguidos. Pero ya hay otro, y tiene 16, recién cumplidos. El chino Yi Wei se impuso por la mínima (2,5-1,5) al francés Maxime Vachier-Lagrave en la final de la edición 28, y confirmó que es un serio aspirante al título mundial a medio plazo.

El enfrentamiento pudo decidirse en el desenlace de la primera partida, cuando Vachier-Lagrave dejó escapar una posición ventajosa para haberse adelantado en el marcador, después de un duelo marcado por los errores de ambos jugadores.

Las tablas se repitieron en la segunda partida, aunque ésta más insulsa, pero con el francés acusando el aspecto psicológico que acabó por pasarle factura en la tercera, en la que se decidió la victoria de Yi Wei, con una auténtica exhibición de agresividad que no pudo contrarrestar su rival.

La cuarta y última mostró a un ajedrecista galo más ambicioso, intentando igualar el choque, pero que acabó con un final de alfiles de diferente color que condujeron, como era previsible, a unas tablas que daban el triunfo final a Yi, que de esta manera se mantiene invicto en el Magistral Ciudad de León.

Yi Wei, que recibirá hoy el trofeo en el acto que se celebrará en el Hotel Conde Luna a partir de las 12.30 horas, se mostró exultante por una nueva victoria de prestigio que poco a poco le está encaramando hacia las primeras posiciones del ránking mundial pese a su juventud en una carrera precoz.

El primer asalto fue, en verdad, trepidante. Con su defensa favorita –la variante Najdorf de la Defensa Siciliana-, el francés permitió un ataque a la bayoneta del chino, lo paró y lanzó su contraataque por el otro ala con gran éxito: incluso después de cambiar damas para aliviar la presión, el rey de Yi Wei sufría el fuego cruzado de todas las piezas negras. La posición blanca era perdedora.

Pero en las modalidades rápidas del ajedrez eso no tiene por qué ser decisivo. Primero porque a veces la jugada que da la puntilla es muy difícil de ver (32 ..Cb1!!), y además porque el joven chino hizo una exhibición de sangre fría y justificó el apelativo de ‘El témpano de Jiangsú’, con el que fue bautizado la víspera por el novelista Arturo Pérez Reverte. De hecho, Vachier-Lagrave volvió a estar muy cerca del triunfo, pero Yi Wei encontró de nuevo jugadas salvadoras al filo del abismo.

La segunda partida fue un empate sin historia porque el francés no logró ventaja alguna en la apertura. Y en la tercera Vachier Lagrave cometió un error de planteamiento, que él mismo reconoció después: «Decidí no repetir la variante Najdorf, y me equivoqué».

Su joven rival fue implacable: su ventaja material no parecía importante a primera vista, pero pronto demostró que era decisiva. Su victoria obligó a Vachier-Lagrave a buscar la victoria desesperadamente en el cuarto asalto, que derivó en un final de alfiles de distinto color. Y entonces Yi Wei demostró más virtudes: gran capacidad de cálculo y conocimiento técnico muy profundo a pesar de su extrema juventud.