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Un Mundial con acento leonés

Sergio Pérez se ha convertido en uno de los mecánicos de referencia en el campeonato al que llegó el año pasado de la mano del Team Tarrés, estructura arropada también por la Federación Española.

Sergio Pérez.

León

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Primero fue el Mundial de velocidad de la mano de Santiago del Canto y Antonio Multo el que empezaba a hablar leonés. Desde el año pasado el trial también cuenta con otro representante de la provincia en la élite, en este caso con Sergio Pérez.

Este leonés de Vozmediano se ha erigido en uno de los mecánicos de referencia en el campeonato al que llegaba precisamente el año pasado de la mano de la familia Tarrés, todo un nombre en esta disciplina motociclista. Fue, como apunta el propio Sergio, aunque ya allí este leonés se ha ganado a pulso un lugar de privilegio en la estructura de uno de los mejores equipos del campeonato que además tiene como respaldo a la Federación Española.

Sergio además compagina esta pasión con su trabajo, el de sargento primera en El Ferral. «Parecería que siendo militar profesional las opciones de poder estar en el Mundial iban a ser escasas pero gracias a los mandos he podido compaginar ambas cosas», remarca Sergio para el que los días de asuntos propios, las vacaciones y los permisos son todo menos descanso. «Esos días son los que dedico a la competición y también a trasladarme a Cataluña para estar más cerca de Pol y poder afinar la moto». Ni la distancia es obstáculo para este leonés que desembarcaba en el trial de alto nivel tras recibir una llamada de la familia Tarrés. Su amistad sirvió para que le ofrecieran la posibilidad de probar como mecánico de una de las estructuras más importantes. Y Sergio no sólo demostró que estaba preparado. También que era el hombre idóneo para convertirse en el encargado de poner a punto la Sherco de Pol, sobrino del gran Jordi y piloto que apunta a convertirse en el sucesor de los Raga, Bou y Cabestany como principal referencia nacional en una disciplina en la que España es la dominadora.

«Mi ilusión era el Mundial aunque no me esperaba que podía estar con los mejores, poder disfrutar del trial al más alto nivel y además aportar mi grano de arena para que Pol pueda llegar lo más lejos posible», apunta Sergio Pérez para el que el año pasado se convertía en una experiencia especial y de aprendizaje. En este las miras son mayores. «Ahora ya tengo más experiencia y sé como se mueve este campeonato. Además el año que llevaba con Pol hizo que uno y otro nos conociéramos más, que nos compenetráramos. Y eso está dando ya resultados».

Este leonés, fundador y presidente del Trialeón y todo un apasionado de un deporte que empezó a disfrutar desde los 16 años, se considera además un privilegiado en poder hacer lo que más le gusta. «Es un orgullo que un equipo tan potente se haya fijado en mí y que siga confiando en mi trabajo. Incluso además de la labor de mecánico también realizo a veces la de mochilero. Pol está muy a gusto conmigo. Es un excelente piloto y además con una capacidad de aprendizaje notable. A él como a mí nos apasiona el trial. Prueba de ello es que ha vuelto al Mundial después de superar una lesión en tiempo récord. Y eso dice mucho de su capacidad de sacrificio».

También la de Sergio para el que su profesión, la de militar, lejos de impedirle hacer realidad su sueño, le ha llevado incluso a tomar con más ilusión su presencia en el campeonato. Y eso a pesar de que cada día, después del trabajo, dedica un buen número de horas a preparar y trabajar sobre la moto. Y eso si no tiene que hacer las maletas para viajar junto a Pol a las diferentes pruebas del Mundial. En las últimas semanas Suecia e Inglaterra han sido sus destinos. Tarrés depende de su clase y preparación para que la moto esté en perfectas condiciones y sólo tenga que aplicar su calidad encima de la moto para pujar por una gloria que también tiene que repartir con Sergio, un leonés en la élite del trial mundial.