Cuarta corona para Vallejo

Es sin lugar a dudas el gran monarca del Rally Sprint Valle de Omaña. Sergio Vallejo, ‘O Lobo de Meira’ como cariñosamente se le conoce en el mundo del motor, sacó de nuevo las garras en la prueba omañesa para dominarla de principio a fin y ceñirse su cuarta corona consecutiva. Parece claro que el reto de próximas ediciones será el de conocer si hay algún piloto capaz de destronar al gallego que ha vencido en las cuatro ediciones disputadas hasta la fecha de esta prueba organizada por Bierzo Racing que discurre ente las localidades de El Castillo e Inicio.

Pero sin duda para él esta edición tenía un aliciente especial: dedicarle la victoria a su copiloto, el histórico Antonio Boto, que fue el que se sentó a su derecha, un lugar habitualmente ocupado por su hermano. Vallejo no tuvo reparos en reconocer que Boto fue uno de sus primeros ídolos cuando era el copiloto de Carlos Sainz. «Y los copilotos son casi más importantes que los pilotos».

Con los 500 caballos de su Porsche 911 rugiendo, el piloto lucense voló en pos de un triunfo que nadie le pudo discutir.

Pero aunque el pilotaje de Vallejo y su Porsche estaban ayer varios escalones por encima del resto, lo cierto es que había también otros gallos dispuestos a ofrecerle la batalla. Y ese mérito correspondió sobre todo al lacianiego, Tito Villanueva, que a los mandos de su Mitsubishi Lancer Evo6, ocupó el segundo lugar del cajón. Pese a que su coche tiene indudablemente menos prestaciones que la del meirés —350 caballos frente a los 500 del ganador— supo sacarle todo el partido a su máquina sobre el asfalto omañés pese al calor abrasador que sin duda pasó factura a pilotos y a máquinas. Villanueva, uno de los pilotos leoneses más destacado en estos momentos, sumó unos puntos magníficos en su pelea por llevarse el Campeonato de Rallys de Castilla y León, que le permiten además recortar diferencias con el líder, Alberto Sansegundo, que tuvo que abandonar finalmente por problemas mecánicos en su Mitsubishi Evo9, un coche un poco mas moderno y potente que el que conduce Villanueva. El tercero en el cajón fue el piloto ponferradino Alfredo Sal. Y lo suyo tiene doble mérito porque lo hizo a los mandos de un Renault Megane, un coche sensiblemente inferior en potencia a cualquiera del os favoritos dado que no llega a los 200 caballos. Pero donde no llegó la potencia de su motor alcanzó su pilotaje para colgarse el bronce. Bien es cierto que ayudado también por los por los muchos abandonos que hubo ayer en la prueba como consecuencia del calor, dado que de los 41 pilotos que tomaron la salida llegaron a la meta apenas unos 25. El intenso calor de esta cuarta edición convirtió a la carrera en un rally muy duro para todos los pilotos.