Diario de León

FÚTBOL

Florentino responsabiliza a Iker

«Casillas se va porque así lo ha querido», afirmó el presidente en la segunda despedida del capitán en 24 horas. «Me hubiera gustado que se retirara en el Madrid», sorprendió el dirigente blanco.

Casillas, en su segunda despedida, junto a Florentino, al que brindó por compromiso un abrazo bastante frío.

Casillas, en su segunda despedida, junto a Florentino, al que brindó por compromiso un abrazo bastante frío.

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IIGNACIO TYLKO | MADRID
León

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La segunda despedida de Iker Casillas en el Real Madrid en sólo 24 horas fue todavía más amarga para el capitán blanco. Al final, se prestó a comparecer en el antepalco del Santiago Bernabéu en un acto con más pompa que protagonizó, sobre todo, el presidente Florentino Pérez, quien expresó su versión de los hechos mientras el guardameta callaba y, seguramente, se mordía la lengua.

Aunque el mandatario le regaló los oídos al prometerle un partido homenaje ante el Oporto y referirse a «un mito, una leyenda, el mejor portero de la historia y un ejemplo para quienes sueñan con vestir algún día la camiseta de este club», el guardameta tuvo que escuchar cómo se le responsabilizaba en exclusiva de su marcha. Sentado entre directivos y miembros del patronato del club, con los ojos humedecidos y circunspecto, Iker escuchó en silencio, casi resignado, numerosas preguntas formuladas a Florentino Pérez referidas a por qué no le reforzó en tiempos de José Mourinho, cuando se le acusaba al portero de ser el «topo» del vestuario, «chivato», «filtrador» y un profesional que no se cuidaba ni se entrenaba bien. Respuestas siempre muy tibiasa.

Otro momento amargo, casi humillante, para un capitán que ha permanecido 25 años en el club de sus amores. Imagen entre nubarrones para el club más laureado del mundo y para su alto representante, increpado por varios centenares de aficionados que desde primera hora de la mañana pidieron a gritos su dimisión.

Más allá de la parafernalia, este adiós abrió todavía más interrogantes. ¿Dijo la verdad Florentino al asegurar que estaba prevista su comparecencia para este lunes y que sólo cambió la compañía de Casillas? ¿Por qué entonces estaban colocados todos los trofeos conquistados por el portero? ¿Es cierto que nada se modificó después de que los padres de Iker acusaran a Florentino de ser el culpable de que el portero haya sido vilipendiado?

¿Se retrasaron las negociaciones para que la plantilla no pudiera arropar a su capitán? Incógnitas sin despejar y que podrían marcar un antes y un después para Florentino Pérez.

«Quería estar aquí para hablar de esta despedida con enorme trascendencia. Y he pedido a Iker que estuviese conmigo porque se han publicado informaciones confusas que hay que aclarar. Iker se ha ganado nuestro respeto y cariño dentro y fuera con una conducta impecable. Se va el mejor portero de la historia del Madrid y del fútbol español. Nos dejá porque ha sido su deseo. Se ha ganado su derecho a elegir. Nos trasladó una oferta del Oporto —la única recibida, según aclaró después—, y nos pidió que la tomáramos en consideración. Se merecía que el club hiciera un esfuerzo», explicó Florentino.

El presidente entendió que no era una decisión fácil pero sí «comprensible». «Han sido dos años de mucha presión para Iker. Aunque me hubiera gustado que acabase en el Real Madrid su carrera, le entiendo porque así hay que hacerlo con las leyendas y con los mitos. Y sé de lo que hablo porque he compartido 14 años con Alfredo di Stéfano», insistió Florentino, convencido de que «los que no se han portado bien con Iker son los que más le van a echar de menos y se acordarán de él». ¿La surrealista despedida del sábado?. Iker, se justificó, «quiso un adiós ‘austero y sencillo’. Era el dueño de este momento íntimo que ha vivido con mucha intensidad emocional. Nosotros deseábamos otra cosa. Iker siempre tendrá las puertas abiertas del club. Nos deja la memoria cargada de esperanzas y de triunfos históricos. Se marcha un jugador único, siempre buena persona y magnífico ser humano. Se va pero su ejemplo permanece. Gracias y toda la suerte», añadió.

Subió entonces Iker al atril y bromeó al garantizar que «esta despedida es la definitiva». Agradeció las palabras de su presidente, manifestó su extrañeza al vivir su primera jornada en el Bernabéu como jugador del Oporto, y comprendió las «discrepancias» porque «son formas humanas de poder expresarse». «Todo queda apartado. Me quedo sólo con lo bueno, con los títulos. Intentaré ser un embajador del Real Madrid donde esté», remarcó.

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