«La portería del Ademar será de las mejores»

«Lo que no te mata te hace más fuerte». El título de la cuarta entrega de la afamada serie literaria Millennium podría ser también de aplicación en el caso del guardameta del Abanca Ademar, Nacho Biosca. Lo pasó mal la temporada pasada, la del presupuesto más bajo del equipo leonés en los últimos años. Los resultados deportivos no fueron los esperados y en el plano personal acusó también el hecho de estar lejos por primera vez de su ciudad, Barcelona, y de su familia. Y si a eso se le añade que aterrizó en León con solo 19 años todo tiene una comprensión mucho más sencilla. ¿Demasiado joven entonces para soportar sobre sus hombros el peso de la portería del equipo leonés?. Es muy posible. Pero las urgencias de un club como el leonés obligan a madurar a marchas forzadas. Ahora se le nota mucho más asentado, más duro —más maduro también— y con más capacidad para sobrellevar la presión aunque siga conservando su cara de ‘chavalín’.

Lo demostró en el último partido del equipo leonés cuando los de Rafa Guijosa apabullaron en su feudo al Puerto Sagunto por 27-37. Nacho Biosca salió para sustituir a su compañero, el serbio Vladimir Cupara, y firmó una actuación sobresaliente. Acabó con casi un 45% de acierto, parando doce de los 27 balones que le llegaron.

«Este año aunque haya jugado pocos minutos me siento muy bien. Venía del Mundial Júnior con sensaciones muy buenas —lo cierto es que lideró a la Selección en partidos complicados— y ahora mismo me encuentro mucho más a gusto en León y creo que estoy entrenando muy bien. Tanto Vladi como yo estamos preparados cualquiera de los dos no tiene el día bueno».

Se le nota muy compenetrado con su compañero de puesto y él lo confirma. «Somos dos porteros muy diferentes pero nos complementamos muy bien», afirma convencido. «Además creo que es muy bueno para el equipo tener dos porteros tan distintos». Realmente son dos metas diferentes tanto en el físico como en su técnica particular.

«Vladi es un portero de la escuela balcánica, físicamente muy grande, que ataca mucho al lanzador rival y ocupa mucha portería. Al ser tan grande se lo pone más complicado a los rivales porque siempre ven menos espacios».

«Yo soy diferente», añade. «Me gusta mucho la escuela nórdica aunque me he entrenado y me han formado desde pequeño en Barcelona. Creo que soy un poco más rápido que Cupara, sobre todo por bajo, porque soy más pequeño y menos corpulento que él. Ni mejor ni peor, simplemente otro tipo de portero». A su juicio, que el Abanca Ademar tenga bajo los tres palos a dos estilos tan diferenciados es muy bueno. «Sacar de golpe a un portero tan distinto del otro siempre desconcierta más a los rivales y les complica las cosas», subrayó.

Se conocían de sus etapas en las selecciones júnior y su relación es muy buena. Es consciente de que siendo los dos tan jóvenes (20 años Biosca y 21 Cupara) la portería marista era una de las apuestas de riesgo fiable pero advierte que forman una pareja fiable. «Aunque seamos dos porteros jóvenes, los dos del 94-95, somos bastante maduros. Eso es algo que da la experiencia pero estamos cada vez más seguros. A pesar de que este año el equipo se ha renovado con diez jugadores nuevos, Biosca es de los convencidos, como su técnico Rafa Guijosa, «de que no se le pueden poner límites». «Este equipo —subrayó— puede hacer grandes cosas. Hacemos una gran plantilla y todos nos compenetramos muy bien. Son todos grandísimos jugadores y en defensa hemos subido muchísimo esta temporada, la presencia de jugadores como Carou y Juanjo es muy importante. Con esa defensa es mucho mas fácil todo y para los porteros también.

La portería del Ademar estará entre los mejores esta temporada y en ataque cada vez va mejor la cosa. Aún tenemos mucho margen de mejora y no nos podemos poner límites».