Esto es España
Con deportividad
Mucho se ha dicho, hablado y comentado de las actuaciones tanto por hechos como por declaraciones de uno de los referentes del fútbol mundial, europeo y por supuesto español, guste o no guste, porque esa seña de identidad va en el adn. León fue el punto de partida de una historia que seguirá llenando muchas páginas, espacios radiofónicos, televisivos, periódicos digitales y redes sociales, porque el camino va a ser largo y no se atisba el final en un tiempo muy cercano.
Llamarse Gerard y apellidarse Piqué, no pasa para nadie inadvertido y produce toda serie de opiniones enfrentadas y muchas veces altisonantes. Llevar la camiseta de la selección española y representar a tu nación es un sentimiento de orgullo que no está al alcance de muchos. Ahora bien, cuestionar la participación y elección de uno de los componentes, así como pitar o silbar, no hace más grande a nadie, ni justifica ninguna actitud, más bien produce sensación de debilidad y falta de respeto, en definitiva es ‘mear’ fuera del tiesto.
El fútbol produce todo tipo de reacciones, pero cuando la identidad de un país está sobre la mesa, la demostración de cariño y sentimientos tiene que ser desde el primer jugador hasta el último aficionado, pasando por equipo técnico y todo el entente federativo. Intentar extrapolar ciertas declaraciones a un asunto político no es una cuestión de deporte, y mucho menos de unidad.
El deporte necesita del apoyo de la política, pero nunca esta debe ser partícipe en la toma de decisiones deportivas. Por las instituciones pasan personas con distintas ideas, pero la subsistencia depende del respeto y trabajo, por y para una misma causa común, y no de las decisiones personales de cada uno.
León, Oviedo y Logroño han sido lugares donde el fútbol como deporte como tal, ha quedado un poco apartado, y donde las ideas y opiniones de unos y otros se han mezclado, siendo el centro de atención.
La selección es de todos los que pertenecen a esta nación llamada España, y de los que quieren vestir su camiseta, por eso los sentimientos deben estar centrados en su defensa, lo demás no tiene cabida.