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Hermanos con genes de campeón

Miguel Ángel y Pablo Benito y Carlos y Fernando Álvarez representan el presente y futuro del ciclismo leonés. Sus éxitos refrendan que llevan el ADN del éxito en la sangre .

León

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Indurain, Jalabert, González de Galdeano y más recientemente Schleck, Yates, Velits, Sagan, Herrada o Quintana. Esos apellidos en el ciclismo son sinónimo de éxito. Pero también el de hermanos que lograron brillar en el pelotón profesional.

En León dos apellidos suenan con fuerza y cada vez con mayor atracción para el éxito, los Benito y los Álvarez. Unos, Miguel Ángel y Pablo y otros con Carlos y Fernando. Los cuatro con el sello de una escuela, la leonesa, que con pocos recursos y sin una escuadra profesional poderosa en la que dar el salto de las categorías inferiores, están demostrando que los genes del éxito se llevan en la sangre. Aunque también hay que moldearlos.

Los cuatro tienen en común más cosas además de su dni leonés: el haber dado sus primeras pedaladas en el Club Ciclista León desde el se fraguaron otros horizontes y destinos. En el caso del más ‘veterano’, si así se puede calificar a un ciclista de 22 años como Miguel Ángel Benito, su presente está ya vinculado al pelotón profesional al que daba el salto este año demostrando con sus actuaciones que este todoterreno puede llegar lejos. Incluso estuvo cerca de apuntarse su primera victoria en la Vuelta a Burgos y ya sueña para 2016 con un dorsal en la Vuelta defendiendo los intereses de una escuadra como el Caja Rural que apostó por este leonés para formarlo en su plantel sub-23 y posteriormente darle la oportunidad de pasar a los grandes.

Miguel Ángel elude el papel de referente aunque sabe que el resto de ciclistas leoneses, entre ellos su hermano, lo miran como el abanderado de este deporte, el mejor embajador del ciclismo leonés en la élite. Desde Pascual la provincia no tenía a un representante tan cualificado. «No me veo como un ejemplo de nadie. Trato de hacer mi trabajo y mejorar día a día», apunta. Tampoco quiere oír hablar de comparaciones. «Cuando en una casa hay dos personas que se dedican a lo mismo siempre se recurre a comparar a uno y otro. Por suerte en nuestro caso, el de Pablo y mío, cada uno tiene sus peculiaridades, objetivos y pensamiento. Yo soy más ciclista para vueltas y él es un clasicómano. Aún así siempre que podemos comentamos lo que ha hecho uno y nos alegramos de lo que tu hermano está logrando».

Miguel Ángel también valora como muy positiva su primer año como profesional. «El balance es más que positivo. Es cierto que he cometido errores pero han sido más lo aciertos. Dar el salto ha sido duro pero también ha tenido momentos importantes como el de la Vuelta a Burgos».

En cuanto a su rol en el Caja Rural lo ha tenido claro. «Para uno que llega lo importante es aprender y ayudar a los que tienen más galones. Mi cometido es ese y me ha ganado la libertad de optar a cosas mayores en la carretera». Tampoco se olvida la Vuelta a España 2016. «Sería para mí algo especial pero eso no depende sólo de uno sino del equipo aunque me veo capacitado para hacer un buen papel», remarca el leonés que considera que el hecho de que aparezcan ciclistas como su hermano o los hermanos Fernández del Corral es muy bueno. «Adoro este deporte y me encanta que en Le´pon puedan aparecer corredores de primera fila. La lástima es que la base tenga pocos apoyos».

Precisamente su hermano Pablo está siguiendo sus pasos. El próximo año dará el salto a la categoría sub-23 en las filas del Caja Rural donde Miguel Ángel también vivió varias temporadas. Pablo, que ya sabe lo que es enfundarse un maillot de campeón de España y representar a la selección española, se mira en su hermano al que admira, pero también reconoce que cada uno tiene que seguir su camino. «Este año esperaba algo más. Creo que puedo dar más cosas y espero que la próxima temporada en el Caja Rural los éxitos lleguen», precisa Pablo que considera que la falta de escuadras en León para asimilar a los ciclistas que se forman en la base les obliga a buscarse otros horizontes fuera de León. «Sería bueno que, al menos hasta llegar a profesionales, se pudiera seguir no sólo entrenando sino defendiendo los intereses de un equipo aquí. Por desgracia no puede ser y eso nos obliga a salir fuera como ha sido mi caso».

El pequeño de la saga de los Benito confía en que los pasos que está dando le lleven algún día a profesionales aunque eso no le obsesiona. «No todos los que destacan logran llegar a su destino. Hacen falta no sólo resultados y algo de suerte, también que un equipo se fije en ti. Por eso yo me centro en el día a día y en seguir creciendo en todos los sentidos. Luego ya vendrán otras cosas», apunta Pablo que este año coincidía precisamente en la carretera con otro leonés, y también integrante de una saga, los Álvarez del Corral, en este caso Carlos.

Si los dos Benito vestirán el maillot del Caja Rural en 2016 (uno en la escuadra profesional y otro en la sub-23), en el caso de los Álvarez el mayor, ya en edad júnior lo hará en el Fundación Alberto Contador mientras que su hermano Fernando repetirá, ya como cadete, en el Dipuleón Bembibre desde donde ha dado el salto Carlos al Fundación.

Precisamente este considera un paso adelante su paso a una de las mejores escuadras españolas de base. «Para mí es un orgullo que se hayan fijado en mí y se lo agradezco. Este ha sido un gran año y espero que el próximo al menos sea igual o incluso mejor. No va a ser fácil pero siempre pretendo aspirar a lo máximo. Además, debo demostrar desde el primer momento que en el Fundación Alberto Contador no se han equivocado al apostar por mí», precisa Carlos que acabará el 2015 en el quinto puesto del ránking español en la categoría júnior.

«Llegó a un equipo como el Fundación que como el Caja Rural están apostando por la gente joven. Saben que el ciclismo español tiene a integrantes de alto nivel y su trabajo es contar con ellos para que el crecimiento sea mutuo», apunta Carlos que precisamente correrá en un equipo auspiciado por Alberto Contador al que considera su ídolo. «Yo soy escalador como él y además también me gusta darlo todo y atacar, no esconderme. Eso es lo que hace Alberto», precisa el ciclista leonés, ‘colchonero’ confeso.

Su hermano Fernando también lo es y comparte la filosofía de Simeone de ir día a día. Eso sí, sin olvidarse de que el futuro se construye en el presente. Uno de los mejores ciclistas de categoría infantil en España el próximo año tendrá la oportunidad de seguir sumando éxitos en su nueva categoría, la cadete. Fernando seguirá en el Dipuleón Bembibre aunque para 2016 tiene planes algo diferentes a los de este año. Todoterreno y capaz de brillar tanto en las pruebas de BTT como en las de ruta, con el paso a la categoría cadete se centrará en esta segunda. «El 2015 ha sido un buen año aunque espero que el próximo sea incluso mejor. Es cierto que voy a dar un salto de categoría pero la ilusión en máxima. Mi deseo es acabar como el número uno. Veo a mi hermano y para mí es un aliciente»,precisa un ciclista que también lamenta que no existan escuadras fuertes en su tierra. «Estamos saliendo ciclistas pero si contáramos con escuadras potentes incluso serían más los que brillaran».

Fernando se alegra, no obstante, que se siga hablando de este deporte en León de la mano de los hermanos Benito y de los Álvarez. «Espero que en un futuro salgan más. Tal vez es un hecho anecdótico que seamos hermanos los que en este momento estamos en primera fila pero es bueno que nos sigan otros». Sobre el futuro lo tiene claro: «Para mi lo que vale es el presente. Y espero que este sea cada vez más importante».